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Jeremías 20 - Biblia Castilian 2003


Profecía contra Pasur

1 El sacerdote Pasjur, hijo de Imer, inspector jefe del templo de Yahveh, oyó a Jerem as cuando profetizaba estas cosas.

2 Y Pasjur mandó azotar al profeta Jerem as y lo puso en el cepo que hab a en la puerta superior de Benjam n, en el templo de Yahveh.

3 A la ma ana siguiente, cuando Pasjur sacó del cepo a Jerem as, Jerem as le dijo: "Yahveh no te ha puesto el nombre de Pasjur, sino el de "Terror por doquier".

4 Pues as dice Yahveh: "Mirad: voy a entregarte al terror, a ti y a todos tus amigos, que caerán bajo la espada de sus enemigos. Lo verán tus propios ojos. Y entregaré a todo Judá en mano del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los pasará a cuchillo.

5 Entregaré, además, toda la riqueza de esta ciudad, toda su fortuna y todos sus objetos preciosos. Y entregaré también todos los tesoros de los reyes de Judá en mano de sus enemigos, que los saquearán, los tomarán y los llevarán a Babilonia.

6 Y tú, Pasjur, y todos los inquilinos de tu casa, iréis al cautiverio. Llegarás a Babilonia; all morirás y all serás enterrado tú y todos tus amigos, a quienes has profetizado mentira"".

Lamento de Jeremías

7 Tú me sedujiste, Yahveh, y yo me dejé seducir. Fuiste más fuerte que yo y contra m prevaleciste. Sirvo de irrisión todo el d a; todos ellos se burlan de m.

8 Siempre que hablo, tengo que gritar: ¡violencia y opresión! Esto es lo que proclamo. La palabra de Yahveh me resulta oprobio y escarnio todo el d a.

9 Pensé: "No me acordaré más de él, no hablaré más en su nombre". Pero hab a en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos; me esforzaba en contenerlo, pero no pod a.

10 Yo o a el cuchicheo de la gente: ¡Terror en derredor! ¡Denunciadlo! ¡Denunciémoslo! Todos mis amigos están espiando un desliz m o: "A ver si se deja seducir; le dominaremos y de él nos vengaremos".

11 Pero Yahveh está conmigo como guerrero potente, por eso mis perseguidores tropezarán y nada podrán; están totalmente avergonzados porque nada consiguen: ignominia eterna que no podrá olvidarse.

12 Yahveh Sebaot, juez justo, que sondeas el corazón y las entra as, vea yo tu venganza contra ellos, pues a ti encomiendo mi causa.

13 Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque libró la vida del pobre de la mano de los malvados.

14 ¡Maldito el d a en que nac ! ¡El d a en que me alumbró mi madre no sea bendito!

15 ¡Maldito el hombre que anunció a mi padre: "Te ha nacido un hijo varón", llenándole de gozo!

16 Sea este hombre como las ciudades que derribó Yahveh sin compasión; oiga gritos por la ma ana y alaridos al mediod a,

17 porque no me hizo morir en el seno, y mi madre hubiera sido mi sepulcro y yo en su seno su eterna pre ez.

18 ¿Por qué sal del seno, para ver dolor y pena y para que mis d as se vayan consumiendo en la vergüenza?