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Jeremías 37 - Biblia Castilian 2003


Encarcelamiento de Jeremías

1 Sedec as, el hijo de Jos as a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, hab a proclamado rey en el pa s de Judá, sucedió en el trono a Jecon as, hijo de Joaqu n.

2 Pero ni él ni sus servidores ni la población del pa s escucharon las palabras que Yahveh hab a pronunciado por medio del profeta Jerem as.

3 El rey Sedec as envió a Yucal, hijo de Selem as, y al sacerdote Sofon as, hijo de Maas as, a decir al profeta Jerem as: "Ruega por nosotros a Yahveh, nuestro Dios".

4 Jerem as iba y ven a en medio del pueblo, pues no lo hab an metido en la cárcel.

5 Entre tanto, el ejército del Faraón hab a salido de Egipto. Cuando los caldeos que sitiaban a Jerusalén oyeron la noticia, se retiraron de Jerusalén.

6 Entonces le fue dirigida la palabra de Yahveh al profeta Jerem as en estos términos:

7 as dice Yahveh, Dios de Israel: de este modo hablaréis al rey de Judá, que os ha enviado a m para consultarme: mirad: el ejército del Faraón que ha salido en vuestra ayuda se volverá a su pa s de Egipto;

8 y entonces volverán los caldeos, atacarán esta ciudad, la tomarán y la incendiarán.

9 As dice Yahveh: no os enga éis a vosotros mismos, diciendo: "Los caldeos se alejan definitivamente de nosotros", porque no se alejarán.

10 Pues aunque derrotarais a todo el ejército de los caldeos que luchan contra vosotros y sólo quedaran entre ellos hombres malheridos, se levantar an cada uno de su tienda y prender an fuego a esta ciudad.

11 Una vez que el ejército de los caldeos se hubo retirado de Jerusalén ante el ejército del Faraón,

12 Jerem as quiso salir de Jerusalén para ir al territorio de Benjam n, a arreglar el asunto de una herencia entre la población.

13 Al llegar a la puerta de Benjam n, se encontró all con un jefe de la guardia, llamado Yir as, hijo de Selem as, hijo de Janan as, que prendió al profeta Jerem as, exclamando: "¡Conque te pasas a los caldeos!".

14 "No es cierto - replicó Jerem as -. No me paso a los caldeos". Pero, sin escucharle, Yir as prendió a Jerem as y lo llevó a los jefes.

15 Los jefes se encolerizaron contra Jerem as, lo golpearon y lo metieron en la prisión de la casa de Jonatán, el secretario, convertida en cárcel.

16 As entró Jerem as en el calabozo, en el subterráneo abovedado, y tuvo que pasar all muchos d as.

17 El rey Sedec as envió a buscarlo. Luego lo interrogó en privado en su palacio y le dijo: "¿Hay alguna palabra de parte de Yahveh?". "La hay", dijo Jerem as. Y a adió: "Serás entregado en mano del rey de Babilonia".

18 Jerem as dijo después al rey Sedec as: "¿Cuál es mi pecado contra ti, contra tus servidores o contra este pueblo, para que me hayáis metido en la cárcel?

19 ¿Dónde están vuestros profetas, los que os profetizaban diciendo: no vendrá el rey de Babilonia contra nosotros ni contra este pa s?

20 Ahora escucha, por favor, rey, mi se or. Por favor, que llegue mi súplica ante ti: no me hagas volver a la casa de Jonatán, el secretario, no sea que yo muera all ".

21 El rey Sedec as ordenó entonces que se custodiase a Jerem as en el patio de la guardia y se le diera diariamente una hogaza de pan de la calle de los panaderos, mientras no se acabara todo el pan en la ciudad. As Jerem as quedó en el patio de la guardia.