Biblia Total


Juan 7 - Biblia Castilian 2003


Incredulidad de los hermanos de Jesús

1 Después de esto, andaba Jesús por Galilea. No quer a andar por Judea, porque los jud os trataban de matarlo.

2 Ya estaba próxima la fiesta de los jud os, la de las Tiendas.

3 Dijéronle sus hermanos: "Márchate de aqu y vete a Judea, para que también tus disc pulos vean las obras que tú haces;

4 porque nadie hace las cosas en secreto cuando pretende darse a conocer públicamente. Puesto que realizas esas cosas, manifiéstate al mundo".

5 En realidad, ni siquiera sus hermanos cre an en él.

6 D celes Jesús: "Mi tiempo no ha llegado todav a, mientras que vuestro tiempo siempre está a punto.

7 A vosotros no os puede odiar el mundo; pero a m me odia, porque el testimonio que doy contra él es de que sus obras son malas.

8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta, porque mi tiempo no se ha cumplido todav a".

9 Y tras decirles esto, se quedó en Galilea.

Jesús en la fiesta de los tabernáculos

10 Pero una vez que sus hermanos subieron a la fiesta, subió también él, aunque no públicamente, sino como de incógnito.

11 Los jud os, entre tanto, andaban buscándolo durante la fiesta y preguntaban: "¿Dónde está ése?".

12 Hab a entre la gente muchos comentarios acerca de él. Unos dec an: "Pues es un hombre de bien". [Pero] otros replicaban: "No; sino que está enga ando al pueblo".

13 Sin embargo, nadie hablaba de él abiertamente, por miedo a los jud os.

14 Mediada ya la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a ense ar.

15 Los jud os se quedaban admirados y dec an: "¿Cómo éste sabe de letras, sin haber estudiado?".

16 Jesús les contestó: "Mi doctrina no es m a, sino del que me ha enviado.

17 El que quiera cumplir la voluntad de él conocerá si mi doctrina es de Dios o si yo hablo por mi cuenta.

18 El que habla por su cuenta busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que lo ha enviado, ése es sincero y no hay en él fals a alguna.

19 ¿No os dio Moisés la ley? Sin embargo, ninguno de vosotros cumple la ley. ¿Por qué pretendéis matarme?".

20 Respondió la multitud: "¡Te has vuelto loco! ¿Quién pretende matarte?".

21 Jesús les replicó: "Una sola obra he realizado y todos estáis maravillados.

22 Pues bien: Moisés os ha dado la circuncisión - aunque no proviene de Moisés, sino de los patriarcas - y vosotros la practicáis también en sábado.

23 Pues si uno recibe la circuncisión en sábado para que no se quebrante la ley de Moisés, ¿os irritáis contra m, porque he curado en sábado el cuerpo entero de un hombre?

24 ¡No juzguéis por las apariencias, sino juzgad con criterio recto!".

¿Es éste el Cristo?

25 Dec an algunos de Jerusalén: "¿Pero no es a éste al que buscan para matarlo?

26 Pues ah está hablando con toda libertad, y nadie le dice nada. ¿Habrán reconocido realmente las autoridades que éste es el Cristo?

27 Sin embargo, éste, sabemos de dónde es; en cambio, cuando llegue el Cristo, nadie sabrá de dónde es".

28 Entonces Jesús, que estaba ense ando en el templo, exclamó con voz fuerte: "¡S, vosotros me conocéis y sabéis de dónde soy! Sin embargo, no he venido por mi cuenta, pero es veraz el que me ha enviado, a quien vosotros no conocéis.

29 Yo s lo conozco, porque de él procedo y él es quien me ha enviado".

30 Quer an, pues, prenderlo; pero nadie le echó mano, porque todav a no hab a llegado su hora.

31 Entre el pueblo, hubo muchos que creyeron en él y que dec an: "Cuando llegue el Cristo, ¿acaso hará más se ales de las que ha hecho éste?".

Los fariseos envían alguaciles para prender a Jesús

32 Al enterarse los fariseos de que el pueblo rumoreaba esto acerca de él, los pont fices y los fariseos enviaron guardias para prenderlo.

33 Jesús dijo: "Todav a estoy un poco de tiempo con vosotros, pero luego me voy junto a aquel que me ha enviado.

34 Me buscaréis, pero no me encontraréis; y a donde yo voy a estar, no podéis venir vosotros".

35 Dijéronse entonces los jud os entre s: "¿Adónde pensará irse éste, que no lo podamos encontrar nosotros? ¿Pensará, acaso, irse a la diáspora entre los griegos y ense ar también a los griegos?

36 ¿Qué significan esas palabras que ha dicho: "Me buscaréis, pero no me encontraréis; y a donde yo voy a estar, no podéis venir vosotros"?".

Ríos de agua viva

37 El último d a de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, puesto de pie, exclamó con voz fuerte: "Quien tenga sed venga a m y beba.

38 De quien cree en m, como ha dicho la Escritura, r os de agua viva correrán de su seno".

39 Esto lo dijo refiriéndose al Esp ritu que hab an de recibir los que creyeran en él; aún no hab a Esp ritu, porque Jesús no hab a sido glorificado todav a.

División entre la gente

40 Entre el pueblo, algunos que hab an o do estas palabras dec an: "Éste es realmente el profeta".

41 Otros dec an: "Éste es el Cristo". Pero otros replicaban: "¿Acaso el Cristo va a proceder de Galilea?

42 ¿No dice la Escritura que el Cristo procederá del linaje de David, y de Belén, la aldea de David?".

43 Hab a, pues, diversos bandos en el pueblo por causa de él.

44 Algunos quer an prenderlo; pero nadie le echó mano.

!!Nunca ha hablado hombre así!

45 Volvieron, pues, los guardias ante los pont fices y los fariseos, y éstos les preguntaron: "Pero ¿por qué no lo habéis tra do?".

46 Los guardias respondieron: "Jamás hombre alguno habló como habla éste".

47 Los fariseos les replicaron: "¿Es que también vosotros os habéis dejado enga ar?

48 ¿Acaso alguien entre los jefes o entre los fariseos ha cre do en él?

49 Pero esa plebe, que no conoce la ley, son unos malditos".

50 Uno de los jefes, Nicodemo, el que anteriormente hab a ido a ver a Jesús, les dice:

51 "¿Acaso nuestra ley condena a nadie sin haberlo escuchado antes y sin averiguar sus hechos?".

52 Entonces ellos le respondieron: "Pero ¿tú también eres de Galilea? ¡Estúdialo bien, y verás que de Galilea no sale ningún profeta!". [

La mujer adúltera

53 Y cada uno se marchó a su casa.