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Jueces 8 - Biblia Castilian 2003


Gedeón captura a los reyes de Madián

1 Los hombres de Efra n dijeron a Gedeón: "¿Qué significa lo que has hecho con nosotros: no habernos convocado cuando fuiste a pelear con Madián?". Y mantuvieron una violenta discusión con él.

2 Pero él les replicó: "¿Qué he hecho yo hasta ahora en comparación con vosotros? ¿Es que no son mejores los rebuscos de Efra n que la vendimia de Abiezer?

3 En vuestras manos ha entregado Dios a los pr ncipes de Madián, Oreb y Zeeb. ¿Qué he podido hacer yo en comparación con vosotros?". Con estas palabras se aplacó su irritación contra él.

4 Llegó Gedeón al Jordán y lo cruzó con los trescientos hombres que ten a consigo, fatigados por la persecución

5 Dijo entonces a los habitantes de Sucot: "Dad, por favor, tortas de pan a los que me siguen, porque están cansados, y tengo que dar alcance a Zébaj y Salmuná, reyes de Madián".

6 Pero los pr ncipes de Suot respondieron. "¿Acaso tienes ya en tu poder a Zébaj y a Salmuná, para que tengamos que dar pan a tu ejército?".

7 Dijo entonces Gedeón: "Cuando Yahveh haya entregado en mis manos a Zébaj y a Salmuná, desgarraré vuestras carnes con espinas del desierto y con cardos".

8 Subió de all a Penuel, y les dijo lo mismo. Pero la gente de Penuel le respondió como le hab a respondido la gente de Sucot.

9 Y también a la gente de Penuel les contestó él: "Cuando yo vuelva en paz, echaré abajo esa torre".

10 Zébaj y Salmuná se hallaban en Carcor con su ejército, unos quince mil hombres, cuantos supervivientes quedaban de todo el ejército de los hijos de oriente, pues hab an ca do ciento veinte mil hombres capaces de empu ar la espada.

11 Subió Gedeón por el camino de los nómadas, al este de Nóbaj y de Yogboá, y derrotó al ejército, que se cre a seguro.

12 Zébaj y Salmuná emprendieron la huida; pero él los perseguió, hizo prisioneros a los dos reyes de Madián, Zébaj y Salmuná, y el pánico se adue ó del ejército entero.

13 Gedeón, hijo de Yoás, volvió del campo de batalla por la cuesta de Jeres.

14 Y habiendo apresado a un joven de los de Sucot, lo interrogó. Éste le dio por escrito los nombres de los jefes y ancianos de Sucot: setenta y siete hombres.

15 Luego, cuando llegó adonde estaba la gente de Suot, les dijo: "Aqu tenéis a Zébaj y a Salmuná, por causa de los cuales os mofasteis de m, diciéndome: "¿Tienes ya en tu poder a Zébaj y a Salmuná, para que tengamos que dar pan a tus hombres cansados?"".

16 Tomó entonces a los ancianos de la ciudad, y con espinas del desierto y con cardos dio una lección a los hombres de Sucot.

17 Derribó también la torre de Penuel, y dio muerte a los hombres de la ciudad.

18 Dijo luego a Zébaj y a Salmuná: "¿Cómo eran los hombres que habéis matado en el Tabor?". Respondieron: "Parecidos a ti; todos ellos ten an aspecto de ser hijos de rey".

19 Dijo entonces Gedeón: "Eran mis hermanos, hijos de mi madre. Por vida de Yahveh, que, si los hubierais dejado con vida, yo no os matar a".

20 Y dijo a Yéter, su primogénito: "Anda, mátalos". Pero el joven no se atrevió a desenvainar la espada, porque, como era todav a un ni o, ten a miedo.

21 Dijéronle entonces Zébaj y Salmuná: "Ven y hiérenos tú, porque como es el hombre, as es su valor". Se levantó, pues, Gedeón y mató a Zébaj y Salmuná; luego tomó las lunetas que sus camellos llevaban al cuello.

22 Dijeron entonces los israelitas a Gedeón: "Reina sobre nosotros tú, tu hijo y tu nieto, pues nos has salvado del poder de Madián".

23 Gedeón les respondió: "No reinaré yo sobre vosotros, ni mi hijo; Yahveh será vuestro rey".

24 Y les a adió: "Voy a haceros una petición: entregadme cada uno de vosotros un anillo de su bot n". Pues los vencidos eran amalecitas y usaban anillos de oro.

25 Le respondieron: "De buen grado te los daremos". Extendieron el manto, y cada uno depositó en él un anillo de su bot n.

26 El peso de los anillos de oro que hab a pedido fue de mil setecientos siclos de oro, sin contar las lunetas, los pendientes, los vestidos de púrpura que llevaban los reyes de Madián ni los collares que pend an del cuello de sus camellos.

27 Gedeón fabricó con ellos un efod y lo colocó en su ciudad, en Ofrá. Pero todo Israel se prostituyó ante aquel efod, que vino a ser una trampa para Gedeón y su casa.

28 As quedó humillado Madián ante los israelitas, sin volver a levantar cabeza. El pa s estuvo tranquilo durante cuarenta a os, mientras vivió Gedeón.

29 Yerubaal, hijo de Yoás, se fue a residir a su casa.

30 Ten a setenta hijos, nacidos de él, pues ten a muchas mujeres.

31 También la concubina que ten a en Siquén le dio a luz un hijo, al que llamó Abimélec.

32 Murió Gedeón, hijo de Yoás, en buena ancianidad, y fue sepultado en la tumba de Yoás, su padre, en Ofrá de Abiezer.

33 Después de la muerte de Gedeón volvieron los israelitas a prostituirse tras de los baales, y tomaron por dios a Baal Berit.

34 Los israelitas, pues, no se acordaron de Yahveh, su Dios, que los hab a salvado de todos sus enemigos que lo cercaban.

35 Tampoco mostraron gratitud a la familia de Yerubaal - Gedeón por todo el bien que hab a hecho a Israel.