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Proverbios 12 - Biblia Castilian 2003


1 Quien ama la instrucción ama la ciencia, quien odia la reprensión es necio.

2 El bueno consigue el favor de Yahveh; el malicioso es por él condenado.

3 Nadie se consolida por la maldad, la estirpe de los justos no flaquea.

4 La mujer virtuosa es corona del marido; como carcoma en sus huesos es la procaz.

5 Los planes de los justos son rectitud; los proyectos de los malvados, enga o.

6 Las palabras de los malvados son trampa mortal, pero a los rectos los salva su boca.

7 Los malvados se hunden y desaparecen, mientras subsiste la casa de los justos.

8 Según su prudencia es estimado el hombre; el de perverso corazón cae en el desprecio.

9 Más vale hombre vulgar con trigo que celebridad sin pan que comer.

10 El justo sustenta a su ganado; las entra as de los malvados son crueles.

11 Quien labra su campo se hartará de pan, quien persigue quimeras carece de juicio.

12 El deseo del malvado es una red de males, la estirpe de los justos permanece firme.

13 El perverso se enreda en la culpa de sus labios, pero el justo escapa a la asechanza.

14 Del fruto de su boca se sacia el hombre, y según sus obras será recompensado.

15 El necio cree justo su camino, el sabio escucha el consejo.

16 El necio muestra al punto su cólera, el prudente disimula la afrenta.

17 Quien dice la verdad proclama la justicia; el testigo mentiroso, la falsedad.

18 Hay quien, hablando, hiere como espada; la lengua de los sabios es medicina.

19 Los labios sinceros duran para siempre; la lengua mentirosa, sólo un instante.

20 La falsedad habita en quienes urden el mal; los que aconsejan la paz tienen alegr a.

21 Al justo no le alcanza la miseria, los malvados están colmados de males.

22 Yahveh abomina los labios mentirosos y se complace en quienes practican la verdad.

23 El hombre prudente oculta su ciencia, el corazón de los necios pregona su necedad.

24 La mano diligente dominará, la perezosa será tributaria.

25 La tristeza deprime el corazón del hombre, una buena palabra lo alegra.

26 El justo sabe guiar a su prójimo, a los malvados los pierde su conducta.

27 La pereza no levanta caza; tesoro del hombre es la diligencia.

28 En la senda de la justicia está la vida; el camino tortuoso lleva a la muerte.