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Proverbios 24 - Biblia Castilian 2003


1 No envidies a los hombres malvados, no busques estar con ellos,

2 porque su corazón maquina violencias y sus labios profieren maldad.

3 Con sabidur a se construye una casa, con inteligencia se consolida;

4 Con prudencia se llena la despensa de todo bien precioso y codiciable.

5 Más vale el sabio que el fuerte, más el ma oso que el forzudo,

6 porque con estrategia se hace la guerra y el éxito depende de los muchos consejeros.

7 Demasiado alta es para el necio la sabidur a: en la puerta no abrirá su boca.

8 A quien piensa en hacer el mal se le llama buscapleitos.

9 La necedad va buscando el pecado, el insolente es odioso a los hombres.

10 Si te muestras débil en el d a aciago, escasa es tu fuerza.

11 Libera a los condenados a muerte; salva a los conducidos al suplicio.

12 Acaso dirás: "No lo sab amos". Pero el que sondea los corazones lo conoce, lo sabe el que escudri a tu alma. Él retribuye al hombre por sus obras.

13 Come miel, hijo m o, que es buena: el panal es dulce a tu paladar.

14 As te será la ciencia de la sabidur a: si la encuentras, tendrás un ma ana, y tu esperanza no morirá.

15 No aceches, imp o, la casa del justo, no destruyas su morada;

16 pues siete veces cae el justo y se levanta, mientras los malvados sucumben a la miseria.

17 Si tu enemigo cae, no te alegres; si tropieza, no se goce tu corazón;

18 no sea que, al verlo Yahveh, lo desapruebe y aparte de él su cólera.

19 No te irrites a causa de los perversos, no tengas envidia de los malvados.

20 Porque no existe un ma ana para el imp o; la lámpara de los malvados se extingue.

21 Teme, hijo m o, a Yahveh y al rey; no te rebeles contra ninguno de los dos;

22 porque de pronto sobrevendrá su venganza y ¿quién puede conocer su castigo?

23 También esto es de los sabios: No está bien la parcialidad en el juicio.

24 A quien dice al culpable: "Tienes razón", lo maldicen los pueblos, lo detestan las naciones.

25 A los que lo castigan les va todo bien, sobre ellos desciende amplia bendición.

26 Da un beso en los labios quien da una respuesta sincera.

27 Organiza tus negocios externos, pon orden en tus campos, y después edifica tu casa.

28 No seas falso testigo contra tu prójimo. ni enga es con tus labios.

29 No digas: "Como me trató, as lo trataré; daré a cada cual su merecido".

30 He pasado por el campo de un perezoso y por la vi a de un insensato,

31 y he visto que todo eran ortigas, la maleza cubr a el terreno, la cerca se hab a derrumbado;

32 lo miré y presté atención, lo contemplé y saqué esta ense anza:

33 "Un rato dormir, otro dormitar, otro descansando mano sobre mano,

34 y te llega la miseria como un salteador, la indigencia como un hombre armado".