Salmos 1:2-4

2 sino que pone su amor en la ley[1] del Señor y en ella medita noche y día.

3 Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien!

4 Con los malvados no pasa lo mismo, pues son como paja que se lleva el viento.