Santiago 1:4-6

4 Pero la paciencia tiene que ejercitarse hasta el final, para que seáis perfectos e íntegros, sin defecto alguno.

5 Si alguno de vosotros carece de sabiduría, que la pida a Dios -que da a todos abundantemente y sin echarlo en cara-, y se la concederá.

6 Pero que la pida con fe, sin vacilar; pues quien vacila es como el oleaje del mar, movido por el viento y llevado de un lado a otro.