Hechos 2:30-32

30 Pero era profeta y Dios le había jurado que uno de sus descendientes se sentaría sobre su trono. Sabiéndolo,

31 se refería a la resurrección del Mesías, viéndola de antemano, con estas palabras: no será abandonado en el lugar de los muertos, ni su cuerpo experimentará la corrupción.

32 Y es un hecho que Dios resucitó a Jesús; de esto todos nosotros somos testigos.