Jeremías 8:21-23

21 La herida de la hija de mi pueblo ha pasado a ser la mía, me siento abatido y espantado.

22 ¿No hay, acaso, bálsamo en Galaad ni queda allí ningún médico? ¿Cómo es, pues, que no mejora la salud de la hija de mi pueblo?