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Job 5 - Biblia Católica (Latinoamericana)


1 Llama, pues, si quieres; ¿quién te responderá? ¿A cuál de los santos te dirigirás?"

2 ¿Rebelarte? Así perece el insensato. ¿Enojarte? De eso mueren los tontos.

3 Yo he visto al insensato echar raíces, de pronto se derribó su casa: "¡Que a sus hijos nadie los socorra!"

4 No encontraban sus hijos quién los ayudara o defendiera de los ataques en un corte.

5 Hambrientos les robaban sus cosechas, llevándolas a sus escondites. Se les arrebatarán sus bienes y los sedientos tomaban sus bienes.

6 No, el desorden no nace de la tierra, ni desde el suelo brota la desgracia.

7 El hombre engendra su propio castigo, así como en las nubes hace estallar el águila el rayo.

8 Yo, en tu lugar, a Dios recurriría y a él expondría mi causa.

9 A él, que hace cosas grandes e insondables, maravillas innumerables.

10 A él, que derrama la lluvia sobre la tierra y envía las aguas a los campos.

11 Ensalza a los humildes y alivia a los afligidos,

12 desbarata los planes de los astutos, y aunque quieran no pueden reponerse.

13 Atrapa a los sabios en su astucia, y las decisiones de los sagaces no aciertan.

14 En pleno día los asaltan tinieblas, y van a tientas como si fuera de noche.

15 Así salva Dios al arruinado cuando lo persiguen y libra al pobre de las manos del poderoso.

16 Así el débil renace a la esperanza, y la injusticia tiene que callar.

17 ¡Dichoso el hombre a quien Dios corrige! No desprecies, pues, la lección del Omnipotente,

18 pues él es el que hiere y el que venda la herida, él lastima y después cura sus manos.

19 Seis veces te librará de la angustia, y a la séptima el mal no te alcanzará.

20 Durante el hambre, te salvará de la muerte; y en la guerra, del golpe de la espada.

21 Estarás protegido de la lengua malvada, sin miedo a que llegue el salteador.

22 Te reirás de la sequía y del hambre, y no temerás a los animales feroces.

23 No más piedras en tus campos: la tierra te servirá, y las bestias salvajes no te atacarán.

24 Sabrás que en tu tienda todo prospera, al visitar tus tierras no verás allí perjuicios.

25 Verás multiplicarse tu descendencia, y tus renuevos como la hierba de la tierra.

26 Llegarás a la tumba cargado de años como se recogen a su tiempo las gavillas.

27 Todo esto lo hemos comprobado y así es. Lo hemos visto, comprúebalo tú también.