Ezequiel 1:22-24

22 Por encima de ellos se extendía una superficie semejante al cielo, reluciente como el cristal.

23 Por debajo de esa superficie, dos alas de cada ser viviente se extendían para tocar las alas de los otros, y cada uno tenía otras dos alas que le cubrían el cuerpo.

24 Cuando volaban, el ruido de las alas me sonaba como olas que rompen contra la costa o la voz del Todopoderoso* o los gritos de un potente ejército. Cuando se detuvieron, bajaron las alas.