Lamentaciones 1:15-17

15 »El Señor trató con desdén a mis hombres valientes. A su orden llegó un gran ejército para aplastar a mis jóvenes guerreros. El Señor pisoteó su amada ciudad* como se pisotean las uvas en un lagar.

16 »Por todas estas cosas, lloro; lágrimas corren por mis mejillas. No tengo a nadie que me consuele; todos los que podrían alentarme están lejos. Mis hijos no tienen futuro porque el enemigo nos ha conquistado».

17 Jerusalén extiende la mano en busca de ayuda, pero nadie la consuela. El SEÑOR ha dicho de su pueblo Israel:* «¡Que sus vecinos se conviertan en enemigos! ¡Que sean desechados como un trapo sucio!».