Santiago 1:26-28

26 Y si alguno cree que adora a Dios pero no refrena su lengua, sino que su corazón lo engaña[1], la adoración[2] del tal es vana,

27 porque delante de Dios Padre, la adoración pura y santa es ésta: tener cuidado de los huérfanos y dar atención a las viudas en sus necesidades, y guardarse sin mancha del mundo.