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Salmos 139 - Biblia Reina Valera 1865


Omnipresencia y omnisciencia de Dios Al músico principal. Salmo de David.

1 Al Vencedor: Salmo de David. JEHOVÁ, tú me has examinado, y conocido.

2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde léjos mis pensamientos.

3 Mi senda, y mi acostarme has rodeado; y todos mis caminos has conocido.

4 Porque aun no está la palabra en mi lengua, y, he aquí, Jehová, tú la supiste toda.

5 detrás y delante tú me formaste; y pusiste sobre mí tu mano.

6 Más maravillosa es la ciencia que mi capacidad: alta es, no puedo comprenderla.

7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿y a dónde huiré de delante de tí?

8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si hiciere mi estrado en el infierno, héte allí.

9 Si tomare las alas del alba, y habitare en el cabo de la mar,

10 Aun allí me guiará tu mano; y me trabará tu diestra.

11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán: aun la noche resplandecerá por causa de mí.

12 Aun las tinieblas no encubren nada de tí; y la noche resplandece como el día: las tinieblas son como la luz.

13 Porque tú poseiste mis riñones; cubrísteme en el vientre de mi madre.

14 Confesarte he, porque terribles y maravillosas son tus obras: estoy maravillado, y mi alma lo conoce en gran manera.

15 No fué encubierto mi cuerpo de tí, aunque yo fuí hecho en secreto: fué entretejido en los profundos de la tierra.

16 Mi imperfección vieron tus ojos; y en tu libro estaban todas aquellos cosas escritas, que fueron entónces formadas, sin faltar una de ellas.

17 Así que ¡cuán preciosos me son tus pensamientos, o! Dios! ¡Cuán multiplicadas son sus cuentas!

18 Si las cuento, multiplícanse más que la arena: despierto, y aun estoy contigo.

19 Si matases, o! Dios, al impío; y los varones de sangres se quitasen de mí;

20 Que te dicen blasfemias: ensoberbécense en vano tus enemigos.

21 ¿No tuve en odio, o! Jehová, a los que te aborrecieron? ¿y peleo contra tus enemigos?

22 De entero odio los aborrecí: túvelos por enemigos.

23 Examíname, o! Dios, y conoce mi corazón: pruébame, y conoce mis pensamientos.

24 Y vé si hay en mí camino de perversidad; y guíame en el camino del mundo eterno.