2 Corintios 11:30-32

30 Si es necesario gloriarme, me gloriaré en mis flaquezas.

31 El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es bendito por siempre, sabe que no miento.

32 En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme;