2 Corintios 7:11-13

11 ¡Hay que ver! El hecho de haber sentido pesar como Dios manda cuánto empeño produjo en ustedes, qué excusas, qué indignación, qué respeto, qué nostalgia, qué emulación, que escarmiento. Han probado de todos los modos posibles que no tenían culpa en el asunto.

12 Ya ven que el motivo real de la carta no eran el ofensor ni el ofendido; me proponía que descubrieran delante de Dios el aprecio que sienten por mí.

13 Esto es lo que me ha dado ánimos. Además de estos ánimos, me alegro mucho más aún lo feliz que se sentía Tito, pues se ha quedado tranquilo por todos ustedes.