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2 Crónicas 7 - Nueva Biblia Española (1975)


1 Señor Dios, no niegues audiencia a tu ungido; recuerda la lealtad de David, tu siervo.

2 Cuando Salomón terminó su oración, bajo fuego del cielo, que devoró el holocausto y los sacrificios. La gloria del Señor llenó el templo,

3 y los sacerdotes no podían entrar en él porque la gloria del Señor llenaba el templo.

4 Los israelitas, al ver que el fuego y la gloria del Señor bajaban al templo, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y dieron gracias al Señor, "porque es bueno, porque es eterna su misericordia" .

5 El rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios al Señor;

6 el rey Salomón inmoló veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el templo de Dios el rey y todo el pueblo.

7 Los sacerdotes oficiaban de pie, mientras los levitas cantaban al Señor con los instrumentos que había hecho el rey David para alabar y dar gracias al Señor, "porqué es eterna su misericordia"; los sacerdotes se hallaban frente a ellos y todos los israelitas se mantenían de pie.

8 Salomón consagró el atrio interior que hay delante del templo, ofreciendo allí los holocaustos y la grasa de los sacrificios de comunión, pues en el altar de bronce que hizo Salomón no cabían los holocaustos, la ofrenda y la grasa.

9 En aquella ocasión Salomón celebró durante siete días la fiesta; acudió todo Israel, un gentío inmenso, desde el paso de Jamat hasta el río de Egipto. Después de festejar la dedicación del altar durante siete días,

10 al octavo celebraron una asamblea solemne y luego otros siete días de fiesta.

Pacto de Dios con Salomón

11 El día veintitrés del mes séptimo Salomón despidió a la gente; marcharon a sus casas alegres y contentos por todos los beneficios que el Señor había hecho a David, a Salomón y a su pueblo, Israel.

12 Salomón terminó el templo del Señor y el palacio real; todo cuanto había deseado hacer para el templo y el palacio le salió perfectamente.

13 Se le apareció el Señor de noche y le dijo: He escuchado tu oración y elijo este lugar como templo para los sacrificios.

14 Cuando yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando ordene a la langosta que devore la tierra, cuando envíe la peste contra mi pueblo,

15 si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y abandona su mala conducta, yo le escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

16 Mantendré los ojos abiertos y los oídos atentos a las súplicas que se hagan en este lugar.

17 Elijo y consagro este templo para que esté en él mi nombre eternamente. Mi corazón y mis ojos estarán siempre en él.

18 Y en cuanto a ti, si procedes dé acuerdo conmigo como tu padre, David, haciendo exactamente lo que yo te mando y cumpliendo mis mandatos y decretos,

19 conservare tu trono real como pacté con tu padre, David: "No te faltará un descendiente que gobierne a Israel".

20 Pero si apostatan y descuidan los mandatos y preceptos que les he dado y se van a dar culto a otros dioses y los adoran,

21 los arrancaré de mi tierra que les di, rechazaré el templo que he consagrado a mi nombre y lo convertiré en el refrán y la burla de todas las naciones.

22 Y todos los que pasen junto a este templo que fue tan magnífico se asombrarán, comentando: ¿Por qué ha tratado el Señor de tal manera a este país y a este pueblo?