2 Pedro 1:15-17

15 Pondré empeño en que, incluso después de mi muerte, siempre que haga falta tengan ustedes la posibilidad de acordarse de esto.

16 Porque cuando les hablábamos de la venida de nuestro Señor, Jesús Mesías, en toda su potencia, no imitábamos fábulas rebuscadas, sino que habíamos sido testigos presenciales de su grandeza.

17 El recibió de Dios honra y gloria cuando, desde la sublime gloria, le llegó aquella voz tan singular: "Este es mi hijo, a quien yo quiero, mi predilecto".