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Deuteronomio 4 - Nueva Biblia Española (1975)


Moisés exhorta a la obediencia

1 Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo les enseño a cumplir; así vivirán y entrarán y tomarán posesión de la tierra que el Señor, Dios de sus padres, les va a dar.

2 No añadan nada a lo que les mando ni supriman nada; cumplan los preceptos del Señor, su Dios, que yo les mando hoy.

3 Sus ojos han visto lo que el Señor hizo en Baal Fegor; el Señor, tu Dios, exterminó en medio de ti a todos los que se fueron con el ídolo de Fegor;

4 en cambio, ustedes, que se pegaron al Señor, siguen hoy todos con vida.

5 Miren, yo les enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumplan en la tierra donde van a entrar para tomar posesión de ella.

6 Pónganlos por obra, que ellos serán su prudencia y sabiduría ante los demás pueblos, que al oír estos mandatos comentarán: "¡Qué pueblo tan sabio y prudente es esa gran nación!".

7 Pues ¿qué nación grande tiene un dios tan cercano como está el Señor, nuestro Dios, cuando lo invocamos?

8 Y ¿qué nación grande tiene unos mandatos y decretos tan justos como esta ley que yo les promulgo hoy?

La experiencia de Israel en Horeb

9 Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos, que no se aparten de tu memoria mientras vivas; cuéntaselos a tus hijos y nietos.

10 El día aquel que estuviste ante el Señor, tu Dios, en el Monte Horeb, cuando me dijo el Señor: "Reúneme al pueblo y les haré oír mis palabras, para que aprendan a temerme mientras vivan en la tierra y se las enseñen a sus hijos"

11 Ustedes se acercaron y se quedaron al pie de la montaña, mientras la montaña ardía con llamas que sé alzaban hasta el cielo, en medio de oscuros y densos nubarrones.

12 El Señor les hablaba desde el fuego: oían palabras sin ver figura alguna, sólo se oía una voz.

13 El les comunicó su alianza y los diez mandamientos que les exigía cumplir, y los grabó en dos losas de piedra.

14 A mí me mandó entonces que les enseñara los mandatos y decretos que habían de cumplir en la tierra adonde van a cruzar para tomar posesión de ella.

Advertencia contra la idolatría

15 ¡Mucho cuidado!, que cuando el Señor, su Dios, les habló en el Horeb, desde el fuego, no vieron figura alguna.

16 No se perviertan haciéndose ídolos o figuras esculpidas: imágenes de varón o hembra,

17 imágenes de animales terrestres, imágenes de aves que vuelan por el cielo,

18 imágenes de reptiles del suelo, imágenes de peces del agua bajo la tierra.

19 Al levantar los ojos al cielo y ver el sol, la luna y las estrellas, el ejército entero del cielo, no te dejes arrastrar a prosternarte ante ellos para darles culto; pues el Señor, tu Dios, se los ha repartido a todos los pueblos bajo el cielo.

20 En cambio, a ustedes los tomó el Señor y los sacó del horno de hierro de Egipto para que fueran el pueblo de su heredad, como lo eres hoy.

21 El Señor se irritó conmigo y me juró que no cruzaré el Jordán ni entraré en esa tierra buena que el Señor, tu Dios, te va a dar como heredad.

22 Sí, yo moriré en esta tierra, sin cruzar el Jordán, mientras que ustedes lo cruzarán y tomarán posesión de esa tierra buena.

23 Cuidado con olvidar la alianza que el Señor, su Dios, concertó con ustedes, naciéndose ídolos de cualquier figura, cosa que te ha prohibido el Señor, tu Dios.

24 Pues el Señor, tu Dios, es fuego voraz, dios celoso.

25 Cuando engendres hijos y nietos y se hagan ustedes veteranos en la tierra, si se pervierten haciéndose ídolos de cualquier figura, haciendo lo que el Señor, tu Dios, reprueba

26 -¡cito hoy como testigos contra ustedes al cielo y a la tierra!-, desaparecerán muy pronto de la tierra de la que vas a tomar posesión pasando el Jordán; no prolongarán la vida en ella, sino que serán destruidos.

27 El Señor los dispersará por las naciones, y quedarán unos pocos en los pueblos adonde los deportará el Señor.

28 Allí servirán a dioses fabricados por hombres, leño y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

29 Desde allí buscarás al Señor, tu Dios, y lo encontrarás si lo buscas de todo corazón y con toda el alma.

30 Cuando al cabo de los años te alcancen y te estrechen todas estas maldiciones, volverás al Señor, tu Dios, y le obedecerás.

31 Porque el Señor, tu Dios, es un Dios compasivo: no te dejará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que juró a los padres de ustedes.

32 Sí, pregunta a la antigüedad, a los tiempos pasados, remontándote al día en que Dios creó al hombre sobre la tierra y abarcando el cielo de extremo a extremo, si ha sucedido algo tan grande o se ha oído algo semejante.

33 ¿Ha oído algún pueblo a Dios hablando desde el fuego, como tú lo has oído, y quedó vivo?

34 ¿Intentó algún dios acudir a sacarse un pueblo de en medio de otro con pruebas, signos y prodigios, en son de guerra, con mano fuerte y brazo extendido, con terribles portentos, como hizo el Señor, su Dios, con ustedes contra los egipcios, ante los ojos de ustedes?

35 Pues a ti te lo mostraron, para que sepas que el Señor es Dios y no hay otro fuera de él.

36 Desde el cielo te hizo oír su voz para instruirte, en la tierra te hizo ver su fuego terrible y escuchaste sus palabras entre el fuego.

37 Porque quiso a los padres de ustedes y escogió a sus descendientes, él en persona te sacó de Egipto con su gran poder,

38 para desposeer a pueblos más grandes y poderosos que tú, para llevarte a su tierra y dártela en heredad, cosa que hoy es un hecho.

39 Pues reconoce hoy, y métetelo dentro, que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.

40 Guarda los mandatos y preceptos que te daré hoy; así te irá bien a ti y a los hijos que te sucedan y prolongarás la vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar para siempre.

Las ciudades de refugio al oriente del Jordán

41 Entonces Moisés separó tres ciudades al este del Jordán

42 para que buscara asilo en ellas el que sin intención hubiera matado a otro, sin que lo odiara antes; refugiándose en una de ellas, salvaría la vida.

43 Para los rubenitas, Beser, en el desierto, en la planicie; para los gaditas, Ramot de Galaad; para los manasitas, Golán de Basan.

Moisés recapitula la promulgación de la ley

44 Ley que promulgó Moisés a los israelitas.

45 Normas, mandatos y decretos que propuso Moisés a los israelitas al salir de Egipto,

46 al otro lado del Jordán, en la hondonada frente a Bet Fegor, en territorio de Sijón, rey amorreo que residía en Jesbón. Al salir de Egipto lo derrotó Moisés con los israelitas

47 y conquistaron su territorio, lo mismo que el de Og, rey de Basan. Dos reyes amorreos del lado oriental del Jordán.

48 Toda la estepa a oriente del Jordán, desde Aroer, a orillas del Arnón,

49 hasta el monte Sirión (o Hermón) y hasta el Mar Muerto, en las laderas del Fasga.