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Hechos 15 - Nueva Biblia Española (1975)


El concilio en Jerusalén

1 Unos que bajaron de Judea enseñaban a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. ,

2 Esto provocó un alboroto y una seria discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y responsables sobre aquella cuestión.

3 La comunidad los proveyó para el viaje; atravesaron Fenicia y Samaría, contando a todos los hermanos cómo los paganos se convertían y alegrándolos mucho con la noticia.

4 AL llegar a Jerusalén, la comunidad, los apóstoles y los responsables los recibieron muy bien, y entonces contaron todo lo que Dios había hecho con ellos.

5 Pero algunos del partido fariseo que se habían hecho creyentes intervinieron diciendo: Hay que circuncidarlos y mandarles que guarden la Ley de Moisés.

6 Los apóstoles y los responsables se reunieron a examinar el asunto,

7 pero, como la discusión se calentaba, se levantó Pedro y les dijo: Hermanos, desde los primeros días, como saben, Dios me escogió entre ustedes para que los paganos oyeran de mi boca el mensaje del evangelio y creyeran.

8 Y Dios, que lee los corazones, se declaró a favor de ellos, dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros.

9 Sin hacer distinción alguna entre ellos y nosotros, ha purificado sus corazones con la fe.

10 ¿Por qué provocan a Dios ahora imponiendo a esos discípulos una carga que ni nosotros ni nuestros padres hemos tenido fuerzas para soportar?

11 No, creemos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús y ellos lo mismo.

12 Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron las señales y prodigios que Dios había realizado por su medio entre los paganos.

13 Cuando terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra: Escúchenme, hermanos:

14 Simeón ha expuesto cómo Dios desde el principio se preocupó de escogerse entre los paganos un pueblo para él.

15 Esto responde a lo que dijeron los Profetas:

16 Después volveré para levantar de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie,

17 para que los demás hombres busquen al Señor, con todas las naciones que llevan ya mi nombre:

18 lo dice el Señor, que lo anunció desde antiguo.

19 Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los paganos que se convierten,

20 basta escribirles que no se contaminen con la idolatría o con uniones ilegales, ni tampoco comiendo sangre o animales estrangulados;

21 porque durante muchas generaciones se ha leído y proclamado la Ley de Moisés todos los sábados en la sinagoga de cada ciudad.

22 Los apóstoles y los responsables, de acuerdo con toda la asamblea, decidieron entonces elegir a algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabá y a Si-las, hombres de nota entre los hermanos,

23 y les entregaron esta carta: "Los hermanos apóstoles y los hermanos responsables saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia procedentes del paganismo.

24 Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, los han alarmado e inquietado con sus palabras.

25 Hemos decidido por unanimidad elegir a algunos y enviárselos con nuestros queridos Bernabé y Pablo,

26 hombres que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor, Jesús Mesías.

27 En vista de lo cual mandamos a Silas y a Judas, que les referirán lo mismo de palabra.

28 Porque hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponerles más cargas que las indispensables:

29 abstenerse de carne sacrificada a los ídolos, de sangre de animales estrangulados y de uniones ilegales. Harán bien en guardarse de todo eso. Salud".

30 Los despidieron y ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron al pleno y entregaron la carta.

31 Al leer aquellas palabras alentadoras, se alegraron mucho.

32 Judas y Silas, siendo como eran predicadores inspirados, hablaron largamente alentando y confortando a los hermanos.

33 Pasado algún tiempo, se despidieron cordialmente de los hermanos para volverse a la comunidad que los había enviado".

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35 Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía, enseñando y anunciando con otros muchos el mensaje del Señor.

Pablo se separa de Bernabé, y comienza su segundo viaje

36 Unos días más tarde, le dijo Pablo a Bernabé: ¿Por qué no vamos otra vez a ver cómo están los hermanos en todas aquellas ciudades donde anunciamos el mensaje del Señor?

37 Bernabé quería llevarse con ellos a Juan Marcos,

38 pero Pablo opinaba que a uno que, en vez de acompañarlos en la tarea, los había dejado plantados en Panfilia, no debían llevarlo.

39 EL conflicto se agudizó tanto, que se separaron: Bernabé se llevó a Marcos y se embarcó para Chipre;

40 Pablo, por su parte, escogió a Silas; los hermanos lo encomendaron al favor de Dios,

41 él se marchó y atravesó Siria y Cilicia consolidando las comunidades.