Isaías 5:25-27

25 Por eso se inflama la ira del Señor contra su pueblo y extiende la mano para herirlo. Tiemblan los montes, yacen los cadáveres como estiércol por las calles. Y con todo eso no se aplaca su ira, sigue extendida su mano.

26 Izará una enseña para un pueblo remoto, silbará hacia el confín de la tierra: Mírenlo llegar veloz y ligero.

27 Nadie se cansa, nadie tropieza, no se acuesta, no se duerme, no se desciñe el cinturón de los lomos, no se desata la correa de las sandalias.