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Jeremías 23 - Nueva Biblia Española (1975)


Regreso del remanente

1 ¡Ay de los pastores que dispersan y extravían las ovejas de mi rebaño! -oráculo del Señor- .

2 Pues así dice el Señor, Dios de Israel, a los pastores que pastorean a mi pueblo: Ustedes dispersaron mis ovejas, las expulsaron, no hicieron cuenta de ellas; pues yo les tomaré cuentas de sus malas acciones -oráculo del Señor- .

3 Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas en todos los países adonde las expulsé, las volveré a traer a sus pastos, para que crezcan y se multipliquen.

4 Les daré pastores que las pastoreen: no temerán, ni se espantarán, ni se perderán -oráculo del Señor- .

5 Miren que llegan días -oráculo del Señor- en que daré a David un vástago legítimo. Reinará como rey prudente, y administrará la justicia y el derecho en el país;

6 en sus días se salvará Judá, Israel vivirá en paz, y le darán el título "Señor, justicia nuestra".

7 Miren que llegan días -oráculo del Señor- en que ya no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto",

8 sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la estirpe de Israel del país del norte y de todos los países adonde los expulsó, y los trajo a sus tierras".

Denunciación de los falsos profetas

9 A los profetas: Se me rompe el corazón en el pecho, se me dislocan los huesos, estoy como un borracho, como un vencido por el vino, a causa del Señor y de sus santas palabras:

10 El país está lleno de adulterios, y por ellos hace duelo la tierra, se agostan los pastos de la estepa, su curso es perverso, su poder un abuso;

11 profetas y sacerdotes son unos impíos, hasta en mi templo encuentro maldades -oráculo del Señor- ;

12 pues su camino se volverá resbaladizo, empujados a las tinieblas caerán en ellas; les enviaré la desgracia el año de la cuenta -oráculo del Señor- .

13 Entre los profetas de Samaria he visto un desatino: profetizan por Baal extraviando a Israel, mi pueblo;

14 entre los profetas de Jerusalén he visto algo espeluznante: adúlteros y embusteros que apoyan a los malvados, para que nadie se convierta de la maldad; para mí son todos sus vecinos como Sodoma y Gomorra.

15 Por eso dice el Señor de los ejércitos a los profetas: Les daré a comer ajenjo y a beber agua envenenada, porque de los profetas de Jerusalén se difundió la impiedad a todo el país.

16 Así dice el Señor de los ejércitos: No hagan caso a sus profetas, que los embaucan: cuentan visiones de su fantasía, no de la boca del Señor;

17 a los que desprecian la palabra del Señor les dicen: Tendréis paz; a los que siguen su corazón obstinado les dicen: No les pasará nada malo.

18 ¿Quién asistió al consejo del Señor?, ¿quién lo vio y escuchó su palabra?, ¿quién atendió a mi palabra y la escuchó?

19 Mira, el Señor desencadena una tormenta, un huracán que gira sobre la cabeza de los malvados;

20 la ira del Señor no cejará hasta realizar y cumplir sus designios. Al cabo de los años lograrán comprenderlo.

21 Yo no envié a los profetas, y ellos corrían; no les hablé, y ellos profetizaban;

22 si hubieran asistido a mi consejo, anunciarían mis palabras a mi pueblo, para que se convirtiera del mal camino, de sus malas acciones.

23 ¿Soy yo Dios sólo de cerca y no Dios de lejos? -oráculo del Señor- .

24 Porque uno se esconda en su escondrijo, ¿no lo voy a ver yo? -oráculo del Señor- , ¿no lleno yo el cielo y la tierra? -oráculo del Señor- .

25 He oído lo que dicen los profetas, profetizando embustes en mi nombre, diciendo que han tenido un sueño;

26 ¿hasta cuándo seguirán los profetas profetizando embustes y las fantasías de su mente?

27 Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer olvidar mi nombre a mi pueblo, como lo olvidaron sus padres a causa de Baal.

28 El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; el que tenga mi palabra, que la diga a la letra. ¿Qué hace el grano con la paja? -oráculo del Señor- .

29 ¿No es mi palabra fuego -oráculo del Señor- o martillo que tritura la piedra?

30 Pues aquí estoy contra los profetas -oráculo del Señor- que se roban unos a otros mis palabras;

31 aquí estoy contra los profetas -oráculo del Señor- que manejan la lengua para soltar oráculos;

32 aquí estoy contra los profetas -oráculo del Señor- que cuentan sus sueños falsos y extravían a mi pueblo con sus embustes y jactancias. No los mandé, no los envié, no aprovecharán a este pueblo -oráculo del Señor- .

33 Si este pueblo o un sacerdote o un profeta te preguntan cuál es la carga del Señor, les dirás: Ustedes son la carga del Señor, y yo los arrojaré -oráculo del Señor- .

34 Si un sacerdote o un profeta o uno del pueblo dicen "carga del Señor", lo castigaré a él y a su casa.

35 Cuando hablan y comentan entre ustedes, tienen que decir: "¿Qué responde el Señor, qué dice el Señor?".

36 Y que no se vuelva a mencionar la carga del Señor, pues cada uno cargará con sus palabras. Trastocan las palabras del Dios vivo, del Señor de los ejércitos, nuestro Dios.

37 Al profeta le hablarán así: ¿Qué responde el Señor, qué dice el Señor?

38 Y ahora dice el Señor: Si se empeñan en decir "carga del Señor", siendo así que yo les he prohibido decir "carga del Señor",

39 entonces, por haberlo dicho, yo los levantaré en vilo y los tiraré lejos de mí, a ustedes y a la ciudad que les di a ustedes y a sus padres.

40 Y les enviaré una afrenta eterna, un sonrojo eterno e inolvidable.