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Nehemías 10 - Nueva Biblia Española (1975)


1 Lo firmaron: Nehemías, hijo de Jacalías, y Sedecías;

2 Serayas, Azarías, Jeremías,

3 Pasjur, Amarías, Malquías,

4 Jatús, Sebanías, Maluc,

5 Jarín, Meremot, Abdías,

6 Daniel, Guinetón, Baruc,

7 Mesulán, Abías, Miyamín,

8 Mazías, Bilgay, Semayas. Todos ellos sacerdotes.

9 Levitas: Josué, hijo de Azanías; Binuy, descendiente de Jenadad; Cadmiel

10 y sus hermanos: Secanías, Hohiyas, Quelitá, Felayas, Janán,

11 Micá, Rejob, Jasabías,

12 Zacur, Serebías, Sebanías,

13 Hodiyas, Baní y Beninú.

14 Autoridades: Faros, Pajat Moab, Elán, Zatú, Baní,

15 Buní, Azgad, Bebay,

16 Adonías, Bigvay, Adín,

17 Ater, Ezequías, Azur,

18 Hodiyas, Jasún, Besay,

19 Jarif, Anatot, Nebay,

20 Magpiás, Mesulán, Jezir,

21 Mesezabel, Sadoc, Yadúa,

22 Felatías, Janán, Anayas,

23 Oseas, Ananías, Jasub,

24 Halojés, Filjá, Sobec,

25 Rejún, Jasabná, Maseyas,

26 Ajías, Janán, Anán,

27 Maluc, Jarín y Baná.

28 El resto del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los donados y todos los extranjeros que se habían convertido a la Ley de Dios, sus mujeres, hijos, hijas y todos los que tenían uso de razón

29 se unieron a sus hermanos, los notables, y juraron solemnemente: proceder según la Ley de Dios dada por medio de Moisés, siervo de Dios, y poner en práctica todos los preceptos, decretos y mandatos del Señor;

30 no dar nuestras hijas a extranjeros y no casar a nuestros hijos con extranjeras;

31 no comprar en sábado o día de fiesta las mercancías, especialmente el trigo, que los extranjeros traen y venden en sábado; renunciar cada siete años a la cosecha y a cualquier clase de deudas.

32 Nos comprometimos además: a entregar cada año un tercio de siclo para el culto del templo de nuestro Dios;

33 para los panes presentados y la ofrenda diaria; para el holocausto diario, el de los sábados, principios de mes, solemnidades, consagraciones y sacrificios expiatorios por Israel, y para la fábrica del templo

34 (en cuanto a la ofrenda de leña que debe arder en el altar del Señor, nuestro Dios, como manda la Ley, sacerdotes, levitas y pueblo echaron suertes para traerla al templo por familias y en determinadas épocas cada año);

35 a traer al templo cada año las primicias de nuestros campos, las primicias de todos los árboles frutales

36 y los primogénitos de nuestros hijos y ganados, como está escrito en la Ley; a entregar a los sacerdotes que ofician en el templo los primogénitos de nuestros ganados mayor y menor.

37 Para los sacerdotes llevaremos a los almacenes del templo las primicias de nuestra harina, de nuestras ofrendas, de toda clase de frutos, del vino y del aceite, y daremos a los levitas el diezmo de nuestros campos (es decir, a los levitas que perciben el diezmo en todos los pueblos donde trabajamos).

38 Un sacerdote aaronita acompañará a los levitas cuando éstos reciban el diezmo, y los levitas entregarán la décima parte del mismo al templo de nuestro Dios, depositándolo en los almacenéis del tesoro.

39 Porque los israelitas y los levitas llevan las ofrendas de trigo, vino y aceite a los almacenes; allí está el ajuar del santuario y viven los sacerdotes que están de servicio, los porteros y los cantores. En una palabra: no descuidaremos el templo de nuestro Dios.