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Nehemías 4 - Nueva Biblia Española (1975)


Precauciones contra los enemigos

1 Cuando Sanbalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se indignó, y enfurecido, empezó a burlarse de los judíos,

2 diciendo a su gente y a la guarnición samaritana: ¿Qué hacen esos desgraciados judíos? ¿No hay nadie que se lo impida? ¿Van a ofrecer sacrificios? ¿Se creen que van a terminar hoy y a resucitar de montones de escombros unas piedras calcinadas?

3 El amonita Tobías, que se encontraba a su lado dijo: Déjalos que construyan. En cuanto suba una zorra abrirá brecha en su muralla de piedra.

4 Escucha, Dios nuestro, cómo se burlan de nosotros. Haz que sus insultos recaigan sobre ellos y mándalos al destierro para que se burlen de ellos.

5 No encubras sus delitos, no borres de tu vista sus pecados, pues han ofendido a los constructores.

6 Seguimos levantando la muralla, que quedó reparada hasta media altura. La gente tenía ganas de trabajar.

7 Cuando Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los asdoditas se enteraron de que la reparación de la muralla de Jerusalén iba adelante -pues empezaban a cerrarse las brechas- lo llevaron muy a mal.

8 Se confabularon para luchar contra Jerusalén y sembrar en ella la confusión.

9 Encomendándonos a nuestro Dios, apostamos una guardia día y noche para vigilarlos.

10 Mientras los judíos decían: "Los cargadores se agotan y los escombros son muchos; nosotros solos no podemos construir la muralla".

11 nuestros enemigos comentaban: "Que no sepan ni vean nada hasta que hayamos penetrado en medio de ellos y los matemos; así detendremos las obras".

12 En esta situación, los judíos que vivían entre ellos, viniendo de diversos lugares, nos repetían una y otra vez que nos iban a atacar.

13 Entonces aposté en trincheras detrás de la muralla y entre matorrales gente dividida por familias y armados con sus espadas, lanzas y arcos.

14 Después de una inspección, dije a los notables, a las autoridades y al resto del pueblo: No les tengan miedo. Acuérdense del Señor, grande y terrible, y luchen por sus hermanos, hijos, hijas, mujeres y casas.

15 Al ver nuestros enemigos que estábamos informados, Dios desbarató sus planes y pudimos volver a la muralla, cada cual a su tarea.

16 Con todo, desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaba mientras la otra mitad estaba armada de lanzas, escudos, arcos y corazas. Las autoridades se preocupaban de todos los judíos.

17 Los que construían la muralla y los cargadores estaban armados; con una mano trabajaban y con la otra empuñaban el arma,

18 Todos los albañiles llevaban la espada al cinto mientras trabajaban. Y el corneta iba a mi lado,

19 pues había dicho a los notables, a las autoridades y al resto del pueblo: "El trabajo es tan grande y tan extenso, que debemos desperdigarnos a lo largo de la muralla, lejos unos de otros.

20 En cuanto oigan la corneta, dondequiera que estén, vengan a reunirse con nosotros. Nuestro Dios combatirá por nosotros".

21 Asf seguimos, unos trabajando y otros empuñando las lanzas, desde que despuntaba el alba hasta que salían las estrellas.

22 Por entonces dije también al pueblo: Todos pernoctarán en Jerusalén con sus sirvientes. De noche haremos guardia y de día trabajaremos.

23 Yo, mis hermanos, mis sirvientes y ¡os hombres de mi escolta dormíamos vestidos y con las armas al alcance de la mano.