Mateo 9:21-23

21 pues pensaba: «Si alcanzo a tocar tan sólo su manto, me sanaré.»

22 Pero Jesús se volvió a mirarla y le dijo: «Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado.» Y a partir de ese momento la mujer quedó sana.

23 Cuando Jesús entró en la casa del magistrado, vio a los que tocaban flautas y a la gente que hacía alboroto,