Mateo 9:30-32

30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Pero Jesús les encargó con mucha firmeza: «Asegúrense de que nadie sepa esto.»

31 Sin embargo, en cuanto ellos salieron, divulgaron la fama de él por toda aquella región.

32 En el momento en que salían, le trajeron a Jesús un mudo que estaba endemoniado.