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1 Corintios 9 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Los derechos de un apóstol

1 ¿No soy libre? ¿No soy Enviado? ¿acaso no he visto a Yahoshúa nuestro Maestro? ¿No son ustedes mi obra en el Maestro?

2 Si para otros yo no soy Enviado, ciertamente para ustedes lo soy, porque ustedes son la prueba de que soy Enviado del Maestro.

3 Esta es mi defensa contra todos los que me cuestionan:

4 ¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber?

5 ¿No tenemos derecho a llevar una esposa creyente con nosotros, tal como los demás Enviados y los hermanos del Maestro y Kefá?

6 ¿O sólo Bar-Naba y yo no tenemos derecho a dejar de trabajar?

7 ¿Quién presta jamás servicio de soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿Quién apacienta el rebaño y no toma la leche del rebaño?

8 ¿Será que digo estas cosas sólo como hombre? ¿No lo dice también la Torah?

9 Porque en la Torah de Mosheh está escrito: “No pondrás bozal al buey que trilla”. ¿Es que Elohim se interesa sólo por los bueyes?

10 ¿O lo dice enteramente por nosotros? Pues para nosotros está escrito. Porque el que ara debe arar con esperanza; y el que trilla, con esperanza de participar del fruto.

11 Si nosotros hemos sembrado cosas espirituales para ustedes, ¿será gran cosa si de ustedes cosechamos bienes materiales?

12 Si otros participan de este derecho sobre ustedes, ¿no nos corresponde más a nosotros? Sin embargo, nunca usamos de este derecho; más bien, lo soportamos todo para no poner ningún obstáculo a la Buena Noticia del Mashíaj.

13 ¿No saben ustedes que los que trabajan en el santuario comen de las cosas del santuario; es decir, los que sirven al altar participan del altar?

14 Así también ordenó el Maestro a los que anuncian la Buena Noticia, que vivan de la Buena Noticia.

15 Pero yo nunca me he aprovechado de nada de esto, ni tampoco he escrito al respecto para que se haga así conmigo. Pues para mí sería mejor morir, antes que alguien me quite este motivo de orgullo.

16 Porque si anuncio la Buena Noticia, no tengo de qué jactarme, porque se me impone como necesidad; pues ¡ay de mí si no anuncio la Buena Noticia!

17 Por eso, si lo hago de buena gana, tendré recompensa; pero si lo hago de mala gana, de todos modos se me ha encomendado llevarlo a cabo.

18 ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Que proclamando la Buena Noticia, pueda yo presentarla gratuitamente, para no abusar de mi derecho en la Buena Noticia.

19 A pesar de ser libre de todos, me hice siervo de todos para ganar a más.

20 Para los yahuditas me hice yahudita, a fin de ganar a los yahuditas. Aunque yo mismo no estoy bajo [la condena de] la Torah, para los que están bajo [la condena de] la ley me hice como bajo [la condena de] la ley, a fin de ganar a los que están bajo [la condena de] la ley.

21 A los que están sin la Torah, me hice como si yo estuviera sin la Torah (aunque no estoy sin la Torah de Yahweh, pues tengo la Torah de Mashíaj), para ganar a los que están sin Torah.

22 Me hice débil para los débiles, para ganar a los débiles. A todos he llegado a ser todo, para que de todos modos salve a algunos.

23 Y todo lo hago por causa de la Buena Noticia, para hacerme copartícipe de ella.

24 ¿No saben que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero sólo uno lleva el premio? Corran de tal manera que lo obtengan.

25 Y todo el que lucha se disciplina en todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; nosotros, en cambio, para una incorruptible.

26 Por eso yo corro así, no como a ciegas; peleo así, no como quien golpea al aire.

27 Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descualificado.