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2 Crónicas 20 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Victoria sobre Moab y Amón

1 Después de eso, unos Moavitas y unos amonitas, junto con algunos de los amonitas, se enfrascaron en guerra contra Yahoshafat.

2 A Yahoshafat le informaron: “Una gran multitud viene contra ti de la otra orilla del mar, de Aram, y se encuentra ahora en Hatsetsón-Tamar –es decir, en En- Guedí”.

3 A Yahoshafat le dio miedo; decidió acudir a Yahweh y proclamó un ayuno para todo Yahudah.

4 Yahudah se reunió para rogarle a Yahweh. También vinieron de todos los pueblos de Yahudah para buscar a Yahweh.

5 Yahoshafat se puso de pie ante la congregación de Yahudah y de Yerushalem, en la Casa de Yahweh, al frente del atrio nuevo,

6 y dijo: “Oh Yahweh, Elohim de nuestros padres, verdaderamente tú eres Elohim en el cielo y tú gobiernas sobre todos los reinos de las naciones; tú tienes la fuerza y poder, nadie se te puede oponer.

7 Oh Elohim nuestro, tú desposeíste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Yisrael, y se la diste a los descendientes de tu amigo Avraham para siempre.

8 Ellos se establecieron en ella y te edificaron aquí una Casa para tu nombre. Dijeron:

9 ‘Si nos sobreviene la desgracia, –espada de castigo, pestilencia o hambre–, nos presentaremos delante de esta Casa y delante de ti –porque tu nombre está en esta Casa– y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú escucharás y nos librarás’.

10 Ahora, el pueblo de Amón, de Moav y de la serranía de Seír, en cuya [tierra] no dejaste entrar a Yisrael cuando venía de la tierra de Mitsráyim, por lo que se apartaron de ellos y no los destruyeron;

11 ahora ellos nos pagan viniendo a expulsarnos de tu propiedad que tú nos diste como heredad.

12 Oh Elohim nuestro, seguramente tú los castigarás, porque nosotros estamos impotentes contra esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer, pero nuestros ojos están en ti”.

13 Todo Yahudah estaba de pie delante de Yahweh, con sus pequeños, sus mujeres y sus hijos.

14 Entonces en medio de la congregación el espíritu de Yahweh vino sobre Yajaziel hijo de Zekharyahu, hijo de Benayah, hijo de Yeiel, hijo de Matanyah el lewita, de los hijos de Asaf,

15 y dijo: “Escuchen, todo Yahudah y habitantes de Yerushalem, y tú, oh rey Yahoshafat, así les ha dicho Yahweh: ‘No teman ni desmayen delante de esta gran multitud porque la batalla no es de ustedes sino de Elohim.

16 Bajen contra ellos mañana cuando ellos vengan subiendo por la Cuesta de Tsits; ustedes los encontrarán al final del valle, frente al desierto de Yeruel.

17 No es para que ustedes entren en batalla; quédense quietos, esperen, y presencien la liberación que Yahweh logrará para ustedes, oh Yahudah y Yerushalem; no teman ni desmayen; salgan mañana a su encuentro, y Yahweh estará con ustedes!’”

18 Yahoshafat se inclinó con su rostro hasta el suelo, y todo Yahudah y los habitantes de Yerushalem se arrojaron delante de Yahweh para adorar a Yahweh.

19 Luego se levantaron los lewitas de los hijos de Qehat y de los hijos de Qóraj para alabar con fuerte y alta voz a Yahweh el Elohim de Yisrael.

20 Temprano a la mañana siguiente se levantaron y salieron hacia el desierto de Teqoa. Mientras ellos salían, Yahoshafat se puso de pie y dijo: “Oiganme, Yahudah y habitantes de Yerushalem: ¡Confíen firmemente en Yahweh su Elohim, y estarán seguros! ¡Confíen firmemente en sus profetas y tendrán éxito!”

21 Después de consultar con el pueblo, designó cantantes para Yahweh que alabaran a Aquel que es majestuoso en santidad, mientras iban delante de la vanguardia, diciendo: “¡Alaben a Yahweh, porque su amor es eterno”.

22 Cuando comenzaron sus gozosos cantos y alabanzas, Yahweh puso emboscadas contra los hijos de Amón, los de Moav y los de la serranía de Seír que habían marchado contra Yahudah, y fueron derrotados.

23 Los amonitas y los Moavitas se volvieron contra los de la serranía de Seír, para exterminarlos y aniquilarlos. Cuando acabaron con los de la serranía de Seír, cada cual contribuyó a la destrucción de su compañero.

24 Cuando los de Yahudah llegaron a cierta altura sobre el desierto y miraron hacia la multitud, los vieron tirados en el suelo como cadáveres; ninguno había sobrevivido.

25 Yahoshafat y su ejército fueron para despojarlos, y entre los cadáveres hallaron una abundancia de bienes, y objetos preciosos, los que arrebataron en tal cantidad que no los podían llevar. Por tres días estuvieron cogiendo el botín, de tanto que había.

26 Al cuarto día se congregaron en el Valle de Bendición –porque allí bendijeron a Yahweh; por eso es que aquel lugar se llama Valle de Bendición hasta hoy.

27 Todos los hombres de Yahudah y de Yerushalem, con Yahoshafat a la cabeza, regresaron gozosos a Yerushalem; porque Yahweh les había dado motivo de gozo sobre sus enemigos.

28 Llegaron a Yerushalem, a la Casa de Yahweh, con acompañamiento de arpas, liras, y trompetas.

29 El terror de Elohim se apoderó de todos los reinos de aquellas tierras cuando oyeron que Yahweh había combatido contra los enemigos de Yisrael.

30 El reino de Yahoshafat tuvo tranquilidad, y su Elohim le dio reposo por todas partes.

Resumen del reinado de Josafat

31 Yahoshafat reinó sobre Yahudah; tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Yerushalem. Su madre se llamaba Azubah hija de Shiljí.

32 Siguió el derrotero de su padre Asá sin desviarse de él, haciendo lo que es agradable para Yahweh.

33 Sin embargo no quitó los altares; el pueblo aún no había dirigido su corazón hacia el Elohim de sus padres.

34 En cuanto a los demás eventos del reinado de Yahoshafat, los primeros y los últimos, están registrados en los anales de Yahú hijo de Jananí, los cuales fueron incluidos en el libro de los reyes de Yisrael.

35 Más tarde, Yahoshafat, rey de Yahudah, se asoció con Ajazyah, rey de Yisrael, en lo cual actuó impíamente.

36 Lo hizo su socio para hacer barcos que fueran a Tarshish, y construyeron barcos en Etsyón- Guéber.

37 Eliézer hijo de Dodawahu, de Mareshá, profetizó contra Yahoshafat: “Porque te has asociado con Ajazyahu, Yahweh destruirá tu obra”. Los barcos se destrozaron y no pudieron ir a Tarshish.