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Efesios 4 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


La unidad del Espíritu

1 Por eso yo, prisionero en el Maestro, les exhorto a que anden como es digno del llamamiento que recibieron:

2 con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor;

3 procurando con diligencia guardar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz.

4 Hay un solo cuerpo y un solo espíritu, así como ustedes han sido llamados a una sola esperanza de su llamamiento.

5 Hay un solo Soberano, una sola fe, una sola inmersión,

6 un solo Elohim y Padre de todos, quien es sobre todos, a través de todos y en todos.

7 Sin embargo, a cada uno de nosotros se le ha conferido el favor conforme a la medida de la dádiva del Mashíaj.

8 Por esto dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad* y dio dones a los hombres.

9 Pero esto de que subió, ¿qué quiere decir, a menos que hubiera descendido también a las partes más bajas de la tierra?

10 El que descendió es el mismo que también ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.

11 Y él mismo constituyó a unos Enviados, a otros profetas, a otros proclamadores de la Buena Noticia, y a otros pastores y maestros,

12 a fin de capacitar a los consagrados para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mashíaj,

13 hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Elohim, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura plena del Mashíaj.

14 Esto, para que ya no seamos niños, sacudidos a la deriva y llevados a dondequiera por todo viento de enseñanza, por estratagema de hombres que para engañar, emplean con astucia las artimañas del error;

15 sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: el Mashíaj.

16 De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todas las coyunturas, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros, para ir edificándose en amor.

La nueva vida en Cristo

17 Esto digo e insisto en el Maestro: que no se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes,

18 teniendo el entendimiento oscurecido, alejados de la vida de Elohim por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón.

19 Una vez perdida toda sensibilidad, se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda clase de impurezas.

20 Pero ustedes no han aprendido así al Mashíaj,

21 si en verdad lo han oído y los han enseñado en él, así como la verdad está en Yahoshúa.

22 Con respecto a su antigua manera de vivir, despójense del viejo hombre que está viciado por los deseos engañosos;

23 pero renuévense en el espíritu de su mente,

24 y vístanse del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Elohim en justicia y santidad de verdad.

25 Por lo tanto, habiendo dejado la mentira, hablen la verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros unos de otros.

26 Enójense pero no pequen; que no se ponga el sol sobre su enojo,

27 ni den lugar al Acusador.

28 El que robaba no robe más, sino que trabaje esforzadamente, haciendo con sus propias manos lo que es bueno, para tener qué compartir con el que tenga necesidad.

29 Ninguna palabra obscena salga de su boca, sino la que sea buena para edificación según sea necesaria, para que imparta bondad a los que oyen.

30 Y no entristezcan al espíritu de santidad de Elohim con el que fueron ustedes sellados para el día de la redención.

31 Quítense de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad.

32 Más bien, sean bondadosos y misericordiosos unos con otros, perdonándose unos a otros, como Elohim también los perdonó a ustedes en el Mashíaj.