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Ezequiel 10 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


La gloria de Dios abandona el templo

1 Entonces miré; y sobre la bóveda que estaba encima de la cabeza de los querubines, había algo como una piedra de zafiro; se veía sobre ellos una apariencia que se asemejaba a un trono.

2 Y él le habló al hombre vestido de lino y dijo: “Entra en medio de las ruedas, debajo de los querubines, llena tus manos con carbones encendidos de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad”. Él entró ante mi vista.

3 Y cuando entró aquel hombre, los querubines estaban de pie en el lado sur de la Casa, y la nube llenaba el atrio interior.

4 Entonces la Presencia de Yahweh se elevó de encima de los querubines, hacia la plataforma de la Casa, la nube llenó la Casa, y el atrio se llenó del resplandor de la Presencia de Yahweh.

5 El ruido de las alas de los querubines se escuchaba hasta el atrio exterior, como la voz de "El-Shaday cuando habla.

6 Cuando mandó al hombre vestido de lino, diciendo: “Toma fuego de entre los querubines en medio de las ruedas”, éste entró y se puso de pie al lado de una rueda.

7 Entonces un querube extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que había en medio de los querubines, tomó de él y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino. Y éste lo tomó y salió.

8 Los querubines parecían tener debajo de sus alas algo semejante a una mano de hombre.

9 Pude ver que había cuatro ruedas junto a los querubines; una rueda al lado de cada querube; el aspecto de las ruedas era como de piedra de crisólito.

10 En cuanto a su aspecto, las cuatro tenían la misma forma, como si una rueda estuviera dentro de otra rueda.

11 Cuando se desplazaban, cada una iba en cualquiera de las cuatro direcciones, y no viraban cuando se desplazaban. Los [querubines] se desplazaban hacia donde se dirigía una de las cabezas, sin virar cuando se desplazaban.

12 Todo el cuerpo de ellos, sus espaldas, sus manos, sus alas y también las ruedas (las ruedas de los cuatro) estaban llenos de ojos alrededor.

13 Fue a estas ruedas que oí que llamaban “las ruedas”.

14 Cada uno tenía cuatro caras. La primera tenía cara de querube; la segunda, cara de hombre; la tercera, cara de león; y la cuarta, cara de águila.

15 Luego los querubines se elevaron. Estos son los seres vivientes que yo había visto junto al río Kevar.

16 Siempre que los querubines se desplazaban, también se desplazaban las ruedas que estaban junto a ellos; cuando los querubines levantaban sus alas para elevarse de la tierra, las ruedas no se separaban de ellos.

17 Cuando ellos se detenían, las ruedas también se detenían; y cuando se elevaban, éstas se elevaban junto con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas.

18 Entonces la Presencia de Yahweh salió de sobre la plataforma de la Casa y se colocó encima de los querubines.

19 Y vi a los querubines alzar sus alas y elevarse de la tierra, con las ruedas junto a ellos a medida que se alejaban; y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la Casa de Yahweh, con la Presencia del Elohim de Yisrael por encima de ellos.

20 Estos eran los mismos seres vivientes que yo había visto debajo del Elohim de Yisrael en el río Kevar; así que ahora me di cuenta de que eran querubines.

21 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas; y debajo de sus alas había algo semejante a manos de hombre.

22 La forma de sus caras era como la de las caras que vi junto al río Kevar; tenían el mismo aspecto, y cada uno se desplazaba en dirección a cualquiera de sus caras.