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Hebreos 4 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


1 Así que temamos, mientras permanezca aún la promesa de entrar en su reposo, no vaya a ser que alguno de ustedes parezca quedarse atrás.

2 Porque también a nosotros, como a ellos, se nos ha anunciado la Buena Noticia; pero a ellos de nada les aprovechó oír el mensaje, porque no se identificaron por fe con los que lo obedecieron.

3 Pero los que hemos creído sí entramos en el reposo, según ha dicho: “Como juré en mi ira: ‘¡Jamás entrarán en mi reposo!’” aunque sus obras quedaron terminadas desde la fundación del mundo.

4 Porque en cierto lugar ha dicho así del séptimo día: “Y reposó Elohim en el séptimo día de todas sus obras”.

5 Y otra vez dice aquí: “¡Jamás entrarán en mi reposo!”

6 Puesto que falta que algunos entren en el reposo, ya que aquéllos a quienes primero se les anunció no entraron a causa de la desobediencia,

7 él ha determinado otra vez un cierto día, diciendo por medio de Dawid, después de mucho tiempo, lo que se ha citado ya: “Si oyen hoy su voz, no endurezcan sus corazones”.

8 Porque si Yahoshúa les hubiera dado el reposo, no se hablaría después de otro día.

9 Por tanto, queda todavía el reposo del Shabat* para el pueblo de Elohim.

10 El que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, así como Elohim de las suyas.

11 Así que, procuremos con diligencia entrar en ese reposo, no sea que alguien caiga en el mismo ejemplo de desobediencia.

12 Porque la Palabra de Yahweh es viva y eficaz, y más penetrante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta tocar los sentimientos y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones de la mente.

13 No existe criatura que escape a su mirada; todo está desnudo y expuesto ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Jesús el gran sumo sacerdote

14 Así que, teniendo un gran sumo sacerdote que ha atravesado el cielo, Yahoshúa el Hijo de Elohim, retengamos nuestra confesión.

15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que sea incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado.

16 Así que acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos la gracia que nos ayude en tiempo oportuno.