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Hechos 21 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Viaje de Pablo a Jerusalén

1 Después de despedirnos de ellos, zarpamos y navegamos con rumbo directo a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara.

2 Hallando un barco que hacía la travesía a Fenicia, nos embarcamos y zarpamos.

3 Después de avistar a Chipre y de dejarla a la izquierda, navegábamos a Siria y arribamos a Tsor, porque el barco debía descargar allí.

4 Nos quedamos siete días allí, ya que hallamos a los discípulos. Mediante el espíritu ellos le decían a Shaúl que no subiera a Yerushaláyim.

5 Cuando pasaron aquellos días, salimos acompañados por todos con sus mujeres e hijos hasta fuera de la ciudad, y puestos de rodillas en la playa, oramos.

6 Nos despedimos unos de otros y subimos al barco, y ellos volvieron a sus casas.

7 Después de completar la travesía marítima desde Tsor, llegamos a Tolemaida; allí saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día.

8 Al día siguiente, salimos y llegamos a Cesarea. Entramos a la casa de Felipe el proclamador de la Buena Noticia, quien era uno de los Siete, y nos alojamos con él.

9 Este tenía cuatro hijas solteras que profetizaban.

10 Y mientras permanecíamos allí por varios días, un profeta llamado Agab bajó de Yahudah.

11 Al llegar a nosotros, tomó el cinturón de Shaúl, se ató los pies y las manos, y dijo: “Esto dice el espíritu de santidad: Al hombre a quien pertenece este cinturón, lo atarán así los yahuditas en Yerushaláyim, y lo entregarán en manos de los gentiles”.

12 Cuando oímos esto, nosotros y también los de aquel lugar le rogamos que no subiera a Yerushaláyim.

13 Entonces Shaúl respondió: “¿Qué hacen llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy listo no sólo a ser atado, sino también a morir en Yerushaláyim por el nombre del Maestro Yahoshúa”.

14 Como él no se dejaba persuadir, desistimos diciendo: “Hágase la voluntad de Yahweh”.

15 Después de aquellos días, hicimos los preparativos, y subimos a Yerushaláyim.

16 También fueron con nosotros unos discípulos de Cesarea, para llevarnos donde un tal Mnasón de Chipre, discípulo antiguo, en cuya casa nos hospedaríamos.

Arresto de Pablo en el templo

17 Cuando llegamos a Yerushaláyim, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.

18 Al día siguiente, Shaúl entró con nosotros para ver a Yaaqov, y todos los ancianos se reunieron.

19 Después de saludarlos, les contó una por una todas las cosas que Elohim había hecho entre los gentiles por medio de su ministerio.

20 Cuando lo oyeron, glorificaron a Elohim. Y le dijeron: “Tú ves, hermano, cuántos miles de yahuditas hay que han creído; y todos son celosos por la Torah.

21 Pero se les ha informado acerca de ti, que tú enseñas a apartarse de Mosheh a todos los yahuditas que están entre los gentiles, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni anden según nuestras costumbres.

22 ¿Qué hay, pues, de esto? Seguramente oirán que has venido.

23 “Por tanto, haz esto que te decimos. Entre nosotros hay cuatro hombres que han hecho votos.

24 Lleva contigo a esos hombres, purifícate con ellos, paga por ellos para que se rapen sus cabezas, y todos sabrán que las cosas no son como se les ha informado acerca de ti, sino que tú también sigues guardando la Torah.

25 En cuanto a los gentiles que han creído, ya les hemos escrito lo que habíamos decidido: que se abstengan de lo que se ofrece a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación”.

26 Entonces Shaúl llevó consigo a aquellos hombres. Al día siguiente, después de purificarse con ellos, entró en el Templo para dar aviso del día en que se cumpliría la purificación, cuando se ofrecería el sacrificio por cada uno de ellos.

27 Cuando estaban por terminar los siete días, los yahuditas de Asia, al verlo en el Templo, comenzaron a alborotar a todo el pueblo y le echaron mano,

28 gritando: “¡Hombres de Yisrael! ¡Ayuden! ¡Este es el hombre que por todas partes anda enseñando a todos contra nuestro pueblo, la Torah y este lugar! Y además de esto, ha metido a griegos dentro del Templo y ha profanado este lugar santo”.

29 Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, un efesio, y suponían que Shaúl lo había metido en el Templo.

30 Así que toda la ciudad se agitó, y se formó un tumulto del pueblo. Se apoderaron de Shaúl y lo arrastraron fuera del Templo, y de inmediato cerraron las puertas.

31 Mientras ellos procuraban matarlo, le llegó aviso al tribuno de la compañía que toda Yerushaláyim estaba alborotada.

32 De inmediato, éste tomó soldados y centuriones, y bajó corriendo a ellos. Y cuando vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Shaúl.

33 Entonces llegó el tribuno y lo apresó, y mandó que lo ataran con dos cadenas. Preguntó quién era y qué había hecho;

34 pero entre la multitud, unos gritaban una cosa y otros, otra. Como él no podía entender nada con certeza a causa del alboroto, mandó llevarlo a la fortaleza.

35 Y sucedió que cuando llegó a las escaleras, los soldados tuvieron que cargar en peso a Shaúl a causa de la violencia de la multitud;

36 porque la muchedumbre del pueblo venía detrás gritando: “¡Mátalo!”

Defensa de Pablo ante el pueblo

37 Cuando ya iban a meterlo en la fortaleza, Shaúl le dijo al tribuno: “¿Se me permite decirte algo?” Y él dijo: “¿Sabes griego?

38 Entonces, ¿no eres tú aquel egipcio que provocó una sedición antes de estos días, y sacó al desierto a cuatro mil hombres de los asesinos?”

39 Entonces Shaúl dijo: “A la verdad, yo soy yahudita, ciudadano de Tarso de Cilicia, una ciudad no insignificante. Y te ruego que me permitas hablarle al pueblo.

40 Como él se lo permitió, Shaúl, de pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Cuando se hizo un profundo silencio, comenzó a hablar en el idioma hebreo diciendo: