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Jeremías 22 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Profecías contra los reyes de Judá

1 Así ha dicho Yahweh: “Baja al palacio del rey de Yahudah donde hablarás estas palabras.

2 Dile: Escucha la palabra de Yahweh, oh rey de Yahudah que te sientas en el trono de Dawid, tú, tus cortesanos y tu súbditos que entran por estas puertas.

3 Así ha dicho Yahweh: Hagan lo que es justo y correcto; libren a quien es despojado de manos del opresor; no maltraten al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda; no cometan injusticias, y no derramen la sangre de los inocentes en este lugar.

4 Porque si ustedes cumplen este mandato, entonces por las puertas de este palacio entrarán reyes del linaje de Dawid que se sientan sobre su trono, montados en carros de caballos, con sus cortesanos y sus súbditos.

5 Pero si no hacen caso de estos mandatos, juro por mí mismo –declara Yahweh– que este palacio se convertirá en ruinas”.

6 Porque así ha dicho Yahweh acerca del palacio real de Yahudah: “Como Guilad eres para mí, como la cumbre del Levanón; pero te convertiré en desierto, en ciudades deshabitadas.

7 Designaré destructores contra ti, cada uno con sus herramientas; ellos cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.

8 Y cuando muchas naciones pasen junto a esta ciudad, y se pregunten unos a otros: ¿Por qué le hizo eso Yahweh a esta gran ciudad?

9 la respuesta será: Porque abandonaron la alianza con Yahweh su Elohim, y se postraron ante otros elohim y les rindieron culto.

10 “No lloren por el muerto; no se lamenten por él; lloren más bien por el que se va, porque jamás volverá a ver la tierra donde nació.

11 Porque así ha dicho Yahweh acerca de Shalum hijo de Yoshiyahu, rey de Yahudah, que sucedió a su padre Yoshiyahu y que salió de este lugar: No volverá jamás.

12 En el lugar a donde lo han exiliado, allí morirá, y no volverá a ver esta tierra.

13 Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus aposentos altos sin derecho, que hace trabajar a su prójimo sin paga, sin pagarle su salario.

14 El que piensa: ‘Edificaré para mí un palacio espacioso con amplias salas, con ventanas, cubierto con cedro, y lo pintaré de colorado’.

15 ¿Piensas que eres más rey porque compites con cedro? Tu padre comió y bebió y dispensó justicia y equidad –entonces le fue bien.

16 Él defendió los derechos del pobre y del necesitado –entonces le fue bien. Eso es en verdad conocerme –declara Yahweh.

17 Pero tus ojos y tu mente están puestos sólo en tus ganancias mal habidas, en derramar la sangre de los inocentes, y en cometer fraude y violencia.

18 Ciertamente, así ha dicho Yahweh acerca de Yahoyaqim hijo de Yoshiyahu, rey de Yahudah: “No lo lamentarán diciendo: ‘¡Ay, hermano mío!’ y ‘¡Ay, hermana mía!’ Ni lo lamentarán diciendo: ‘¡Ay, amo!’ y ‘¡Ay Su Majestad!”

19 Tendrá un entierro de un asno, arrastrado y echado más allá de las puertas de Yerushalem.

20 Sube al Levanón y grita; levanta tu voz en Bashán, grita desde Abarim, porque todos tus amantes están aplastados.

21 Te hablé cuando eras próspero, pero dijiste: “No escucharé”. Este ha sido tu comportamiento desde tu juventud, nunca me has hecho caso.

22 El viento devorará a todos tus pastores, y tus amantes irán en cautiverio. Entonces quedarás avergonzado y humillado por toda tu depravación.

23 Tú que habitas en el Levanón, anidado entre los cedros. ¡Cuánta belleza tendrás cuando te vengan los dolores, angustia como la de parto!

24 ¡Por vida mía –declara Yahweh, que si tú, oh rey Konyahu, hijo de Yahoyaqim, rey de Yahudah, fueras el anillo de sellar en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría!

25 Te entregaré en manos de los que buscan tu vida, en manos de aquéllos a quienes temes, en manos de Nevukhadretsar, rey de Bavel, y en manos de los kasditas.

26 Te arrojaré a ti y a tu madre que te dio a luz, a una tierra extraña donde no nacieron ustedes, y allá morirán.

27 No volverán a la tierra a la cual anhelarán regresar.

28 ¿Acaso es este hombre Konyahu una olla despreciable y rota, una vasija que nadie quiere? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes, y echados a una tierra que no conocían?

29 ¡Oh tierra, tierra, tierra, escucha la palabra de Yahweh!

30 Así ha dicho Yahweh: Inscriban a este hombre como uno privado de sucesión, un hombre que nunca será hallado aceptable; porque ningún hombre de su descendencia será aceptado para sentarse en el trono de Dawid y gobernar de nuevo en Yahudah”.