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Jeremías 25 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Setenta años de desolación

1 La palabra que le llegó a Yirmeyahu acerca de todo el pueblo de Yahudah, en el cuarto año de Yahoyaqim hijo de Yoshiyahu, rey de Yahudah, que era el primer año de Nevukhadretsar, rey de Bavel.

2 Esto fue lo que le dijo el profeta Yirmeyahu a todo el pueblo de Yahudah y a todos los habitantes de Yerushalem:

3 Desde el año trece de Yoshiyahu hijo de Amón, rey de Yahudah, hasta este día –estos veintitrés años– me ha llegado la palabra de Yahweh. Les he hablado persistentemente, pero ustedes no han querido escuchar.

4 Además, Yahweh les envió constantemente todos sus siervos los profetas, pero ustedes no quisieron escuchar ni inclinaron su oído para oír

5 cuando les decían: “Vuélvanse, cada uno, de su mal camino y de sus obras perversas, para que permanezcan para siempre en la tierra que Yahweh les ha dado a ustedes y a sus padres.

6 No sigan a otros elohim, para servirles y adorarlos. No me enojen con la obra de sus manos, y no traeré desastre sobre ustedes”.

7 Pero ustedes no quisieron escucharme – declara Yahweh– sino que me enojaron con la obra de sus manos, para su propio perjuicio.

8 Ciertamente, así ha dicho Yahweh de los Ejércitos: Por cuanto ustedes no quisieron escuchar mis palabras,

9 yo voy a mandar a buscar a todos los pueblos del norte –declara Yahweh– y a mi siervo Nevukhadretsar, rey de Bavel, y los traeré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas las naciones de alrededor. Los exterminaré y los convertiré en desolación, en objeto de chifletas – ruinas perpetuas.

10 Y haré desaparecer de ellos la voz de gozo y de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido de las piedras del molino y la luz de la lámpara.

11 Toda esta tierra será una ruina desolada. Y estas naciones servirán al rey de Bavel durante setenta años.

12 Cuando se hayan cumplido los setenta años, castigaré al rey de Bavel y a aquella nación y a la tierra de los kasditas por sus pecados –declara Yahweh– y la convertiré en desolación perpetua.

13 Traeré contra aquella tierra todo lo que he decretado contra ella, todo lo que está registrado en este libro – lo que ha profetizado Yirmeyahu contra todas las naciones.

14 Porque ellos también serán esclavizados por muchas naciones y grandes reyes; y yo les retribuiré conforme a sus hechos y conforme a su conducta.

La copa de ira para las naciones

15 Porque así me ha dicho Yahweh el Elohim de Yisrael: “Toma de mi mano esta copa de vino –de ira– y da de beber a todas las naciones a las cuales te envío.

16 Que beban y vomiten y actúen como locos, a causa de la espada que yo envío entre ellas”.

17 Así que tomé la copa de la mano de Yahweh y di de beber a todas las naciones a las cuales Yahweh me había enviado:

18 A Yerushalem y a las ciudades de Yahudah, a sus reyes y a sus oficiales, para convertirlos en una ruina desolada, en objeto de chifletas y en maldición –como es ahora el caso;

19 al Paroh rey de Mitsráyim, a sus cortesanos, a sus oficiales, a todo su pueblo

20 y a toda su población asimilada; a todos los reyes de la tierra de Uts y a todos los reyes de la tierra de Peléshet – Ashqelón, Aza, Eqrón y los sobrevivientes de Ashdod;

21 a Edom, a Moav, a Amón;

22 a todos los reyes de Tsor, a todos los reyes de Tsidón y a los reyes de las costas al otro lado del mar;

23 a Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se cortan el cabello;

24 a todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de la población asimilada que vive en el desierto;

25 a todos los reyes de Zimrí, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media;

26 a todos los reyes del norte, tanto a los cercanos como a los lejanos unos de otros –a todos los reinos que hay sobre la tierra. Y el último de todos en beber será el rey de Sheshakh.

27 Diles que así ha dicho Yahweh de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: “Beban y embriáguense vomiten; caigan y nunca vuelvan a levantarse, a causa de la espada que yo envío contra ustedes”.

28 Y si rehusan tomar la copa de tu mano para beber, diles que así ha dicho Yahweh de los Ejércitos: “¡Tienen que beberla!

29 Si estoy trayendo el castigo primero sobre la ciudad que lleva mi nombre, ¿esperan ustedes quedar sin castigo? ¡No quedarán sin castigo, porque yo estoy llamando la espada contra todos los habitantes de la tierra! –declara Yahweh de los Ejércitos”.

30 Tú vas a profetizar contra ellos todas estas palabras y les dirás: “Yahweh ruge desde lo alto, hace oír su voz desde su santa morada; ruge enfurecido sobre su morada [terrestre]; emite un grito como el de los que pisan la uva, contra todos los habitantes de la tierra.

31 El tumulto llegó hasta el extremo de la tierra, porque Yahweh tiene litigio contra las naciones, él entra en juicio contra toda carne. Entrega los impíos a la espada” –declara Yahweh.

32 Así ha dicho Yahweh de los Ejércitos: “El desastre irá de nación en nación; una gran tormenta se ha desatado desde las partes más remotas de la tierra.

33 En aquel día los muertos por Yahweh estarán tirados por la tierra, de un extremo al otro. No los llorarán, no los recogerán, ni los sepultarán; se convertirán en estiércol sobre la superficie de la tierra.

34 ¡Giman, ustedes pastores, y griten! Tírense [polvo] encima, ustedes mayorales del rebaño; porque se acerca el día de su degüello. Yo los haré pedazos, y caerán como una vasija valiosa.

35 Les faltará refugio a los pastores, y escape a los mayorales del rebaño.

36 ¡Oigan! Se oye el griterío de los pastores, y el gemido de los mayorales del rebaño. Porque Yahweh está devastando sus prados.

37 Las apacibles praderas serán devastadas por la feroz ira de Yahweh.

38 Como un león, ha salido de su guarida; la tierra se ha convertido en desolación, a causa de la ira opresiva, a causa de su feroz enojo.