Jeremías 3:2-4

2 Alza tu vista a los cerros y mira: ¿En qué lugar no se han acostado contigo? Tú los esperabas a la orilla de los caminos, como un bandido en el desierto. Y contaminaste el país con tus prostituciones y tu maldad.

3 Y cuando se detuvieron los aguaceros, y no vinieron las lluvias tardías, tú tuviste el descaro de una mujer de la calle, no quisiste avergonzarte.

4 Y ahora me llamas: ‘Padre, tú eres el Compañero de mi juventud.