Jeremías 4:30-32

30 Y tú, que estás destinada a la ruina, ¿qué lograrás con vestirte de grana, con adornarte con joyas de oro, con agrandarte los ojos con pintura? En vano te embelleces; tus amantes te desprecian, ¡lo que ellos buscan es tu vida!

31 Oigo una voz como de una que está de parto, angustia como de primeriza. Es la voz de la Hermosa Tsiyón que gime, extendiendo sus manos: “¡Ay de mí, desfallezco ante los asesinos!”