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Jeremías 7 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Mejorad vuestros caminos y vuestras obras

1 La palabra que le llegó a Yirmeyahu de parte de Yahweh:

2 “Ponte de pie junto a la puerta de la Casa de Yahweh, y proclama allí esta palabra: Oigan la palabra de Yahweh, todos los de Yahudah que entran por estas puertas para adorar a Yahweh.

3 Así ha dicho Yahweh de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: Corrijan sus caminos y sus acciones, y los dejaré habitar en este lugar.

4 No pongan su confianza en ilusiones ni digan: ‘¡Templo de Yahweh, templo de Yahweh! ¡Templo de Yahweh son estos [edificios]!’

5 No, si ustedes realmente corrigen sus caminos y sus acciones, si hacen justicia entre el hombre y su prójimo;

6 si no oprimen al extranjero, al huérfano y a la viuda; si no derraman la sangre del inocente en este lugar; si no siguen a otros elohim para su propio perjuicio,

7 sola-mente entonces los dejaré habitar en este lugar, en la tierra que di a sus padres para siempre.

8 Miren, ustedes están confiando en ilusiones que no aprovechan.

9 Después de robar, de matar, de cometer adulterio, de dar falso testimonio, de ofrecer incienso a Báal y de ir tras otros elohim que no experimentaron,

10 ¿entonces vienen para estar delante de mí en esta Casa que lleva mi nombre y para decir: ‘Estamos a salvo’? –¡para seguir haciendo todas esas abominaciones!

11 ¿Acaso consideran que esta Casa, que lleva mi nombre, es una cueva de ladrones? En cuanto a mí, yo he estado observando –declara Yahweh.

12 “Vayan a mi lugar en Shiloh, donde había establecido mi nombre anteriormente, y vean lo que le hice a causa de la maldad de mi pueblo Yisrael.

13 Y ahora, por cuanto ustedes han hecho todas estas cosas –declara Yahweh– y a pesar de que les hablé persistentemente, no quisieron escuchar; y aunque los llamé, no quisieron responder

14 –por eso le haré a esta Casa que lleva mi nombre, en la cual confían ustedes, a este lugar que les di a ustedes y a sus padres, lo mismo que le hice a Shiloh.

15 Y los arrojaré de mi presencia como arrojé a todos sus hermanos, a toda la descendencia de Efráyim.

16 “Y tú, no ores por este pueblo, no eleves por ellos clamor de oración; no intercedas ante mí, porque no te escucharé.

17 ¿No ves lo que están haciendo esos en las ciudades de Yahudah y en las calles de Yerushalem?

18 Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las madres amasan la masa para hacerle tortas a la Reina del Cielo, y derraman libaciones a otros elohim, para ofenderme.

19 ¿Es a mí a quien ofenden? –declara Yahweh. Es más bien a ellos mismos, para su propia deshonra.

20 Ciertamente, así ha dicho Adonay Yahweh: Mi ira y mi furia se derraman sobre este lugar, sobre hombres y bestias, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra. Se encenderá sin que nadie la apague”.

Castigo de la rebelión de Judá

21 Así ha dicho Yahweh de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: “Añadan sus ofrendas quemadas a sus otros sacrificios y cómanse la carne.

22 Porque cuando libré a sus padres de la tierra de Mitsráyim, no hablé con ellos ni les mandé acerca de ofrendas quemadas ni sacrificios.

23 Más bien, esto fue lo que les mandé: Hagan lo que les digo, para que yo sea su Elohim, y ustedes sean mi pueblo; anden solamente en el camino que les he mandado, para que les vaya bien.

24 Pero no escucharon ni prestaron atención; siguieron sus propios consejos, la disposición de su malvado corazón. Han caminado hacia atrás, no hacia adelante,

25 desde el día en que sus padres salieron de la tierra de Mitsráyim hasta hoy. Y aunque yo seguí enviándoles a todos mis siervos, los profetas, persistentemente, día tras día,

26 no me escucharon ni me prestaron atención. Se hicieron testarudos, actuaron peor que sus padres.

27 “Les dirás todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás, pero no te responderán.

28 Luego diles: Esta es la nación que no obedeció a Yahweh su Elohim, que no aceptó corrección. La fidelidad se ha perdido; ha desaparecido de sus bocas.

29 “Corta tu cabellera y arrójala. Prorrumpe en lamento sobre los cerros, pues Yahweh ha rechazado y ha arrojado a la generación que provocó su ira.

30 Porque el pueblo de Yahudah ha hecho lo que me desagrada –declara Yahweh. Han puesto sus abominaciones en la Casa que se llama por mi nombre, y la han contaminado.

31 Han edificado los lugares altos del Tófet, que están en el valle de Ben-hinom, para quemar en el fuego a sus hijos y a sus hijas –cosa que no les mandé, ni me pasó por la mente.

32 Ciertamente, viene el tiempo –declara Yahweh– cuando no se hablará más del Tófet ni del Valle de Benhinom, sino del Valle de la Matanza; en el Tófet serán sepultados hasta que no haya más lugar.

33 Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, sin que nadie las espante.

34 Haré cesar en las ciudades de Yahudah y en las calles de Yerushalem la voz de gozo y de alegría, la voz del novio y de la novia. Porque todo el país caerá en ruina.