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Juan 6 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Alimentación de los cinco mil

1 Después de esto Yahoshúa se fue a la otra orilla del mar del Galil (o sea, de Tiberias),

2 y lo seguía una gran multitud, porque veían los milagros que hacía en los enfermos.

3 Yahoshúa subió a un monte y se sentó allí con sus discípulos.

4 Estaba cerca el Pésaj, la Fiesta de los yahuditas.

5 Cuando Yahoshúa alzó la vista y vio que se le acercaba una gran multitud, le dijo a Felipe: “¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?”

6 Pero decía esto para probarlo, porque Yahoshúa sabía lo que iba a hacer.

7 Felipe le respondió: “Doscientos denarios de pan no bastan, para que cada uno de ellos reciba un poco”.

8 Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Shimón Kefá, le dijo:

9 “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescaditos. Pero, ¿qué es eso para tantos?”

10 Entonces Yahoshúa dijo: “Hagan recostar a la gente”. Había mucha hierba en aquel lugar. Así que se recostaron como cinco mil hombres.

11 Entonces Yahoshúa tomó los panes, y después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados. De igual manera repartió de los pescados, cuanto quisieran.

12 Cuando se saciaron, le dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos que han sobrado, para que no se pierda nada”.

13 Así que los recogieron, y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que les sobraron a los que comieron.

14 Entonces, cuando aquella gente vio el milagro que había hecho Yahoshúa, decían: “¡Verdaderamente, éste es el profeta que ha de venir al mundo!”

15 Como Yahoshúa entendió que iban a venir para tomarlo por la fuerza y hacerlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.

Jesús anda sobre el mar

16 Cuando anochecía, sus discípulos bajaron al mar,

17 abordaron una embarcación, e iniciaron la travesía por el mar hacia Kefar Najum. Ya había oscurecido, y Yahoshúa todavía no los había alcanzado.

18 Mientras tanto el mar se iba encrespando porque soplaba un viento fuerte.

19 Después que hubieron remado como cinco o seis kilómetros, vieron a Yahoshúa caminando sobre el mar y acercándose a la embarcación, y tuvieron miedo.

20 Pero él les dijo: “¡Soy yo; no teman!”

21 Entonces ellos lo recibieron con gusto en la embarcación, y enseguida la embarcación llegó a la tierra a donde iban.

La gente busca a Jesús

22 Al día siguiente, la multitud que había estado al otro lado del mar notó que no había allí más que una sola embarcación, y que Yahoshúa no había entrado en la embarcación con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos.

23 (Sin embargo, de Tiberias habían llegado otras embarcaciones cerca del lugar donde habían comido el pan después que el Maestro hubo dado gracias).

24 Entonces, cuando la multitud vio que Yahoshúa no estaba allí ni tampoco sus discípulos, ellos entraron en las embarcaciones y fueron a Kefar Najum buscando a Yahoshúa.

Jesús, el pan de vida

25 Cuando lo hallaron al otro lado del mar, le preguntaron: “Rabí, ¿cuándo llegaste acá?”

26 Yahoshúa les respondió: “En verdad, en verdad les digo que ustedes me buscan, no porque hayan visto los milagros, sino porque comieron de los panes y se saciaron.

27 Trabajen, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, que el Hijo del Hombre les dará; porque en éste, el Padre Elohim ha puesto su sello”.

28 Entonces le dijeron: “¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Elohim?”

29 Yahoshúa les respondió: “Esta es la obra de Elohim: que crean en aquel que él envió”.

30 Entonces le dijeron: “¿Y qué señal haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces?

31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: ‘Pan del cielo les dio a comer’”.

32 Así que Yahoshúa les dijo: “En verdad, en verdad les digo que no fue Mosheh quien les dio el pan del cielo; no, mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo.

33 Porque el pan de Elohim es Aquel que desciende del cielo y le da vida al mundo.

34 Ellos le dijeron: “Maestro, danos siempre ese pan”.

35 Yahoshúa les dijo: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.

36 Pero ya les he dicho que ustedes me han visto, y sin embargo no creen.

37 Todos los que el Padre me ha dado vendrán a mí; y al que a mí viene, jamás lo echaré fuera.

38 Porque yo he descendido del cielo, no para hacer la voluntad mía, sino la voluntad del que me envió.

39 Y ésta es la voluntad del que me envió: que yo no deje perder a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día final.

40 Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mire al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final”.

41 Entonces los yahuditas murmuraban de él porque había dicho: “Yo soy el pan que descendió del cielo”.

42 Y decían: “¿Éste no es Yahoshúa, el hijo de Yosef? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: ‘He descendido del cielo’?

43 Yahoshúa les respondió: “No murmuren más entre ustedes.

44 Nadie puede venir a mí, a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final.

45 Está escrito en los Profetas: ‘Y todos recibirán enseñanza de Yahweh’. Así que, todo el que oye y aprende del Padre viene a mí.

46 No es que alguien haya visto al Padre, solamente aquel que proviene de Yahweh ha visto al Padre.

47 “En verdad, en verdad les digo: El que cree en mí tiene vida eterna.

48 Yo soy el pan de vida.

49 Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron.

50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él no muera.

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne”.

52 Entonces los [dirigentes] yahuditas discutían entre ellos, diciendo: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”

53 Y Yahoshúa les dijo: “En verdad, en verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes.

54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.

55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

56 “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él.

57 Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así mismo el que me come también vivirá por mí.

58 Este es el pan que descendió del cielo. No como el que comieron los padres y murieron; el que coma de este pan vivirá para siempre”.

59 Estas cosas dijo en la sinagoga, cuando enseñaba en Kefar Najum.

Palabras de vida eterna

60 Entonces, al oír esto, muchos de sus discípulos dijeron: “Esa declaración está fuerte; ¿quién la puede entender?

61 Sabiendo Yahoshúa en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: “¿Esto los escandaliza?

62 ¿Y si vieran al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero?

63 El espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida.

64 Pero hay entre ustedes algunos que no creen”. Pues desde el principio Yahoshúa sabía quiénes eran los que no creían y quién lo iba a entregar,

65 y decía: “Por esta razón les he dicho que nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre”.

66 Desde entonces, muchos de sus discípulos se volvieron atrás, y ya no andaban con él.

67 Entonces Yahoshúa les dijo a los Doce: “¿Quieren irse ustedes también?”

68 Shimón Kefá le respondió: “Maestro, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

69 Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Yahweh”.

70 Yahoshúa les respondió: “¿No los escogí yo a ustedes doce, y uno de ustedes es acusador?”

71 Él se refería a Yahudah hijo de Shimón el Iscariote; porque éste, siendo uno de los Doce, estaba por entregarlo.