Biblia Total


Mateo 10 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Elección de los doce apóstoles

1 Entonces llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

2 Los nombres de los doce Enviados son éstos: primero Shimón, llamado Kefá, y su hermano Andrés; también Yaaqov hijo de Zavday, y su hermano Yojanán;

3 Felipe y Bar-Talmay, Tomá y Mattityah el publicano; Yaaqov hijo de Alfay, y Taday;

4 Shimón el qananita y Yahudah el Iscariote, quien lo entregó.

Misión de los doce

5 A estos doce los envió Yahoshúa, dándoles estas instrucciones: “No vayan por los caminos de los gentiles, ni entren en las ciudades de los shomronitas.

6 Pero vayan, más bien, a las ovejas perdidas de la casa de Yisrael.

7 Y cuando vayan, proclamen diciendo: ‘El reino del Cielo se ha acercado’.

8 Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen fuera demonios. De gracia recibieron; den de gracia.

9 “No se provean ni de oro, ni de plata, ni de cobre en sus cintos.

10 Tampoco lleven bolsas para el camino, ni dos vestidos, ni calzado, ni bastón; porque el obrero es digno de su alimento.

11 En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién en ella sea digno y quédense allí hasta que salgan.

12 Al entrar en la casa, salúdenla.

13 Si la casa es digna, que la paz de ustedes venga sobre ella. Pero si no es digna, que su paz se vuelva a ustedes.

14 Y en caso de que no los reciban ni escuchen sus palabras, salgan de aquella casa o ciudad y sacudan el polvo de sus pies.

15 En verdad les digo que en el día del juicio será más tolerable para los de la tierra de Sedom y de Amorah, que para aquella ciudad.

Persecuciones venideras

16 “Miren, yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Así que sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.

17 Cuídense de la gente, porque los entregarán a los tribunales y en sus sinagogas los azotarán.

18 Los llevarán aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los gentiles.

19 Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán, porque se les dará en aquella hora lo que deben decir.

20 Pues no son ustedes los que hablarán, sino el espíritu de su Padre que hablará en ustedes.

21 “El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir.

22 Y todos los aborrecerán por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, éste se salvará.

23 Y cuando los persigan en una ciudad, huyan a la otra. Porque en verdad les digo que de ningún modo acabarán de recorrer todas las ciudades de Yisrael antes que venga el Hijo del Hombre.

24 “El discípulo no es más que su maestro, ni el sirviente más que su amo.

25 Le basta al discípulo ser como su maestro, y al sirviente como su amo. Si al padre de familia lo llamaron Báal-Zebul, ¡cuánto más lo harán a los de su casa!

A quién se debe temer

26 “Así que, no les teman; porque no hay nada encubierto que no será revelado, ni oculto que no será conocido.

27 Lo que les digo en privado, díganlo en público; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas.

28 No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar la vida. Más bien, témanle a aquel que puede destruir tanto la vida como el cuerpo en el Crematorio.

29 ¿Acaso no se venden dos pajaritos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el consentimiento del Padre de ustedes.

30 Pues aun sus cabellos están todos contados.

31 Así que, no teman; más valen ustedes que muchos pajaritos.

32 “Por tanto, a todo el que me reconozca delante de la gente, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

33 Y a cualquiera que me niegue delante de la gente, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.

Jesús, causa de división

34 “No piensen que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada.

35 Porque he venido a poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra.

36 Y los enemigos de un hombre serán los de su propia casa.

37 “El que ama a padre o a madre más que a mí no es digno de mí, y el que ama a hijo o a hija más que a mí no es digno de mí.

38 El que no toma su madero y sigue en pos de mí no es digno de mí.

39 El que halla su vida la perderá, y el que pierde su vida por mi causa la hallará.

Recompensas

40 “El que los recibe a ustedes, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

41 El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá recompensa de justo.

42 Cualquiera que le da a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente porque es mi discípulo, en verdad les digo que jamás perderá su recompensa”.