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Mateo 24 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Jesús predice la destrucción del templo

1 Cuando Yahoshúa salía y se alejaba del templo, se le acercaron sus discípulos y le llamaron la atención hacia los edificios del templo.

2 Pero él les respondió: “¿Ven todo esto? Pues en verdad les digo que aquí no quedará piedra sobre piedra que no derriben”.

Señales antes del fin

3 Estando él sentado en el Monte de los Olivos, sus discípulos se le acercaron reservadamente, y le dijeron: “Dinos, ¿cuándo sucederán esas cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?”

4 Yahoshúa respondió diciéndoles: “Miren que nadie los engañe;

5 porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy el Mashíaj”, y engañarán a muchos.

6 Oirán hablar de guerras y rumores de guerras. No se confundan, porque es necesario que sucedan esas cosas, pero todavía no es el fin.

7 Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre y terremotos por todas partes.

8 Pero todas esas cosas son sólo el comienzo del sufrimiento.

9 “Entonces los entregarán a tribulación y los matarán, y todas las naciones los odiarán por causa de mi nombre.

10 Entonces muchos tropezarán; y se traicionarán unos a otros, y se aborrecerán unos a otros.

11 Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos;

12 y por el aumento de la violación de la Torah, se enfriará el amor de muchos.

13 Pero el que persevere hasta el fin se salvará.

14 Y esta buena nueva del reino se proclamará en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.

15 Por eso, cuando ustedes vean en el Lugar Santo la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniyel (el que lee, que entienda),

16 entonces los que estén en Yahudah huyan a los montes.

17 El que esté en la azotea no baje a sacar algo de su casa,

18 y el que esté en el campo no vuelva atrás a coger su manto.

19 ¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que críen en aquellos días!

20 Así que, rueguen que su huida no sea en invierno ni en Shabat;

21 porque habrá entonces una gran tribulación como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás.

22 Y si no se abreviaran esos días, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos, aquellos días se abreviarán.

23 “Entonces, si alguien les dice: ‘Miren, aquí está el Mashíaj’, o: ‘Allá está’, no le crean.

24 Porque se levantarán falsos meshijim y falsos profetas, y harán grandes señales y maravillas para engañar, de serles posible, aun a los escogidos.

25 Miren que se los he dicho de antemano.

26 Así que, si les dicen: ‘Miren, está en el desierto’, no salgan; o ‘Miren, está en los aposentos”, no lo crean.

27 Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.

28 Porque donde se juntan los buitres, allí es donde está el cadáver.

La venida del Hijo del Hombre

29 “Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz. Las estrellas caerán del cielo y los poderes del cielo se conmoverán.

30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran majestad.

31 Él enviará a sus mensajeros con un gran toque de trompeta para reunir a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

32 De la higuera aprendan la analogía: Cuando su rama se pone tierna y brotan sus hojas, saben que el verano está cerca.

33 Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que él está cerca, a las puertas.

34 En verdad les digo que no pasará esa generación hasta que todas estas cosas sucedan.

35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

36 “Pero en cuanto al día y la hora, nadie sabe; ni siquiera los mensajeros del Cielo, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre.

37 Porque como en los días de Nóaj así será la venida del Hijo del Hombre.

38 Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio hasta el día en que Nóaj entró en el arca,

39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

40 En ese entonces estarán dos en el campo; a uno se lo llevarán, y al otro lo dejarán.

41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; a una se la llevarán, y a la otra la dejarán.

42 Así que manténganse alerta, porque no saben en qué día viene su Maestro.

43 Pero sepan esto: Que si el padre de familia supiera a qué hora habría de venir el ladrón, se quedaría despierto y no dejaría que escalaran su casa.

44 Así que, estén preparados también ustedes, porque a la hora que no piensan, vendrá el Hijo del Hombre.

45 ¿Quién es el sirviente fiel y prudente, a quien su Amo puso a cargo de su familia para que les dé alimento a su debido tiempo?

46 Feliz aquel sirviente a quien su amo, cuando venga, lo encuentre haciéndolo así.

47 En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.

48 Pero si el sirviente es malo y dice en su corazón: ‘Mi amo tarda;’

49 y si comienza a golpear a sus compañeros de servicio, y si come y bebe con los borrachos,

50 el amo de aquel sirviente vendrá en el día que no espera y a la hora que no sabe,

51 y lo castigará duramente y le asignará un lugar con los hipócritas. Allí será el llanto y el crujir de dientes.