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Romanos 2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


El justo juicio de Dios

1 Por eso no tienes excusa tú que juzgas, no importa quién seas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo, porque tú que juzgas haces lo mismo.

2 Y sabemos que el juicio de Elohim cae con razón contra los que practican tales cosas.

3 Y tú que juzgas a los que practican tales cosas mientras tú haces lo mismo, ¿supones que escaparás del juicio de Elohim?

4 ¿O es que menosprecias su inmensurable bondad, su tolerancia y su paciencia, ignorando que la bondad de Elohim te guía al arrepentimiento?

5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, estás acumulando sobre ti mismo castigo para el día del castigo, cuando se revele el justo juicio de Yahweh.

6 Él recompensará a cada uno conforme a sus obras:

7 vida eterna a los que por su perseverancia en las buenas obras buscan gloria, honra e incorrupción;

8 pero un castigo severo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.

9 [Habrá] tribulación y angustia sobre toda persona que hace lo malo (el yahudita primero, y también el griego);

10 en cambio [habrá] gloria, honra y paz para todo el que hace el bien (para el yahudita primero y también para el griego).

11 Pues no hay distinción de personas delante de Elohim:

12 todos los que pecaron sin tener la Torah, sin intervención de la Torah también perecerán; y todos los que pecaron teniendo la Torah, por la Torah serán juzgados.

13 Porque los que sólo oyen la Torah no son justos delante de Elohim; los que cumplen la Torah son los que serán justificados.

14 Cuando los gentiles, que no tienen la Torah, practican espontáneamente lo que requiere la Torah, ellos que no tienen Torah son una Torah para sí mismos.

15 Con eso muestran el contenido de la Torah escrito en sus corazones; por eso su conciencia les da testimonio, y sus razonamientos se acusan o se defienden unos a otros.

16 [Así será] el día en que, conforme a mi buena nueva, Elohim juzgue los secretos de los hombres, por medio del Mashíaj Yahoshúa.

Los judíos y la ley

17 Mira, tú llevas el título de yahudita, te apoyas en la Torah y te sientes orgulloso de Yahweh.

18 Tú conoces su voluntad y sabes discernir lo mejor, porque estás instruido en la Torah.

19 Tú estás convencido de que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,

20 instructor de los que no saben, maestro de niños, porque tienes en la Torah la completa expresión del conocimiento y de la verdad.

21 Bueno, pues tú que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas?

22 Tú que hablas contra el adulterio, ¿cometes adulterio? Tú que abominas a los ídolos, ¿cometes sacrilegio?

23 Tú que te jactas en la Torah, ¿deshonras a Elohim con la infracción de la Torah?

24 Porque como está escrito: “El nombre de Yahweh se blasfema por causa de ustedes entre los gentiles”.

25 Porque la circuncisión te sirve de algo en verdad, si cumples la Torah; pero si violas la Torah, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.

26 Por otro lado, si el incircunciso cumple los justos preceptos de la Torah, su incircuncisión se le considerará como circuncisión.

27 Y ese que en lo físico es incircunciso pero guarda completamente la Torah, te juzgará a ti, que con el código escrito y con la circuncisión violas la Torah.

28 Porque el yahudita no es el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la visible en el cuerpo.

29 Más bien, yahudita es el que lo es por dentro; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no literal. La alabanza del tal no proviene de los hombres, sino de Elohim.