Romanos 7:5-7

5 Porque mientras estábamos sujetos al instinto carnal, las pasiones pecaminosas condenadas por la ley actuaban en nuestro cuerpo, haciéndonos producir un fruto que lleva a la muerte.

6 Pero ahora que hemos muerto para efectos de esa ley que nos culpaba, quedamos libres de [la condena de] la ley, de manera que ahora servimos con un espíritu nuevo, libres de la cuenta vieja.

7 ¿Qué diremos entonces? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Al contrario, yo no supiera lo que es pecado si no fuera por la Torah; pues no estaría consciente de la codicia, si la Torah no dijera: ‘No codiciarás’.