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Romanos 8 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Viviendo en el Espíritu

1 Así que no hay ahora ninguna condenación para los que están en el Mashíaj Yahoshúa,

2 porque el régimen del espíritu de vida en el Mashíaj Yahoshúa te ha librado del régimen del pecado y de la muerte.

3 Porque Elohim hizo lo que no podía hacer la ley por no tener poder sobre la naturaleza carnal: Envió a su propio Hijo con una naturaleza semejante a nuestra naturaleza pecaminosa a causa del pecado, y en su persona condenó el pecado.

4 Esto fue para que nosotros podamos cumplir con la justa exigencia de la Torah, ya que no procedemos dirigidos por la inclinación carnal sino por la inclinación espiritual.

5 Los que actúan según su inclinación carnal tienden a lo carnal; pero los que actúan según su inclinación espiritual tienden a lo espiritual.

6 Y la tendencia carnal lleva a la muerte, pero la tendencia espiritual produce vida y paz.

7 Es que la tendencia carnal lleva a la enemistad con Elohim; porque no se sujeta a la Torah de Yahweh, ni tampoco puede.

8 Así que, los que se dirigen por la inclinación carnal no pueden agradar a Elohim.

9 Sin embargo, ustedes no se dejan llevar por la inclinación carnal, sino por la espiritual, si es que el espíritu de Yahweh mora en ustedes, porque si alguno no tiene el espíritu del Mashíaj, no es de él.

10 Pero si el Mashíaj está en ustedes, el cuerpo seguirá sujeto a la muerte a causa del pecado, pero el espíritu vive a raíz de la justificación.

11 Y si el espíritu de Aquel que resucitó a Yahoshúa de entre los muertos mora en ustedes, el que resucitó al Mashíaj de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales mediante Su espíritu que mora en ustedes.

12 Así que, hermanos, no estamos obligados a satisfacer la naturaleza carnal para seguir sus inclinaciones.

13 Porque si siguen las inclinaciones carnales morirán; pero si por el espíritu hacen morir las prácticas carnales, vivirán.

14 Porque todos los que se dejan guiar por el espíritu de Elohim, éstos son hijos de Yahweh.

15 Ustedes no recibieron un espíritu que los haga esclavos para estar otra vez bajo el temor, sino que ustedes recibieron un espíritu que los hace hijos, con el cual clamamos: “¡Ábba!” (¡Padre!)

16 El espíritu mismo le da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Elohim.

17 Y si somos hijos, también somos herederos: herederos de Elohim y coherederos con el Mashíaj; y si padecemos con él, con él seremos también glorificados.

18 Yo estimo que los sufrimientos que pasamos al presente no se pueden comparar con la gloria que pronto se va a revelar en nosotros.

19 Pues la creación aguarda con ardiente anhelo que se manifiesten los hijos de Elohim.

20 Porque la creación quedó sometida al fracaso, no por su propia voluntad sino por la del que la sometió;

21 y la creación misma está en espera de que la liberten de la esclavitud de la corrupción, para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Elohim.

22 Porque sabemos que toda la creación gime unida, y unida sufre dolores de parto hasta ahora.

23 Y no sólo la creación, sino también nosotros que tenemos el espíritu como primicia, gemimos interiormente, esperando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.

24 Porque nos hemos salvado sólo en esperanza; y si algo esperado se viera no sería esperanza; ¿quién sigue esperando lo que ya se ve?

25 Pero si esperamos algo que no vemos, con perseverancia lo aguardamos.

26 Además, el espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque nosotros no sabemos pedir como se debe; pero el espíritu mismo intercede con gemidos indecibles.

27 Y el que examina los corazones sabe cuál es la intención del espíritu, porque éste intercede por los santos conforme a la voluntad de Elohim.

Más que vencedores

28 Sabemos que Yahweh hace que todas las cosas contribuyan al bien de los que lo aman, de los llamados conforme a su propósito.

29 Porque él los conoció de antemano y los predestinó para que reprodujeran la imagen de su Hijo, de modo que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.

30 Y a los que predestinó, a éstos también los llamó; y a los que llamó, a éstos también los declaró justos; y a los que declaró justos, a éstos también los glorificó.

31 Ante esta realidad, ¿qué más se puede decir? Si Elohim está por nosotros, ¿quién podrá estar en contra?

32 El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a darnos también con él todas las cosas?

33 ¿Quién podrá acusar a los escogidos de Elohim, cuando Yahweh es quien los declara inocentes?

34 ¿Quién los condenará, cuando el Mashíaj Yahoshúa fue el que murió? Y no sólo eso sino que también resucitó; y además está a la diestra de Elohim, y también intercede por nosotros.

35 ¿Quién podrá separarnos del amor del Mashíaj? ¿La tribulación? ¿La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿Los peligros? ¿La espada?

36 Como está escrito: Por tu causa estamos expuestos a la muerte todo el tiempo; se nos cuenta como ovejas para el matadero.

37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

38 Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los mensajeros, ni los gobiernos, ni lo presente, ni lo porvenir, ni los poderes,

39 ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Elohim, demostrado mediante el Mashíaj Yahoshúa, nuestro Maestro.