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1 Reyes 20 - Biblia Universidad de Jerusalem


Acab derrota a los sirios

1 Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo 32 reyes, caballos y carros. Subió y puso sitio a Samaría y la atacó.

2 Envió mensajeros a la ciudad, a Ajab, rey de Israel,

3 para decirle: "Así habla Ben Hadad: Tu plata y tu oro son para mí. Tus mujeres y tus hijos para ti."

4 El rey de Israel respondió: "Como tú dices, rey mi señor, tuyo soy yo y todo lo mío."

5 Volvieron los mensajeros y dijeron: "Así habla Ben Hadad: Envío a decirte: Me darás tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos.

6 Así que mañana a estas horas te enviaré mis siervos y registrarán tu casa y las casas de tus siervos, y echarán mano a cuanto les guste, y se lo llevarán."

7 Convocó el rey de Israel a todos los ancianos de la tierra y les dijo: "Reconoced y ved que éste busca hacer el mal. Me pide mis mujeres y mis hijos a pesar de que no le he negado mi plata y mi oro."

8 Todos los ancianos y todo el pueblo dijeron: "No le escuches, no consientas."

9 Dijo a los enviados de Ben Hadad: "Decid a mi señor el rey: Todo lo que mandaste la primera vez a tu siervo, lo haré; pero esto no puedo hacerlo." Se fueron los mensajeros llevando la respuesta.

10 Entonces, Ben Hadad envió a decir: "Esto me hagan los dioses y esto me añadan si hay bastante polvo en Samaría para los puños de todo el pueblo que me sigue."

11 El rey de Israel respondió: "Decid: No se alabe quien se ciñe como el que se desciñe."

12 Cuando Ben Hadad escuchó esta palabra, estaba bebiendo con los reyes en la tienda, y dijo a sus servidores: "Tomad posiciones." Y tomaron posiciones contra la ciudad.

13 Se acercó a Ajab, rey de Israel, un profeta y le dijo: "Así habla Adonai: ¿Has visto esta gran multitud? Hoy la entrego en tus manos y sabrás que yo soy Adonai."

14 "Ajab dijo: "¿Por medio de quién?" Respondió: "Así dice Adonai: Por medio de los jóvenes de los jefes de distritos." Preguntó Ajab: "¿Quién debe entablar el combate?" Respondió: "Tú."

15 Pasó revista a los jóvenes de los jefes de distritos, que eran 232; después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, todos los israelitas, 7.000.

16 Hicieron una salida a mediodía, mientras Ben Hadad estaba bebiendo hasta la embriaguez en sus tiendas con los 32 reyes auxiliares.

17 Salieron en cabeza los jóvenes de los jefes de distritos. Enviaron a avisar a Ben Hadad: "Han salido algunos jóvenes de Samaría."

18 El respondió: "Si han salido en son de paz, prendedles vivos; si han salido en son de guerra, prendedles vivos."

19 Salieron, pues, de la ciudad aquellos jóvenes de los jefes de los distritos y el ejército detrás de ellos.

20 Abatió cada uno a su hombre. Aram se dio a la fuga e Israel le persiguió. Ben Hadad, rey de Aram, pudo salvarse a caballo con algunos jinetes.

21 Salió el rey de Israel y se apoderó de los caballos y carros, infligiendo a Aram una gran derrota.

22 Se acercó el profeta al rey de Israel y dijo: "Anda, cobra ánimo, y conoce y mira lo que has de hacer, porque el año que viene el rey de Aram subirá contra ti."

23 Los servidores del rey de Aram le dijeron: "Su Di-s es un Di-s de las montañas; por eso fueron más fuertes que nosotros. Pero atacaremos en la llanura y ¿no seremos más fuertes que ellos?

24 Haz esto: quita de su puesto a cada uno de los reyes, y pon gobernadores en su lugar.

25 Por tu parte, recluta un ejército como el ejército que perdiste, con otros tantos caballos y carros, y les atacaremos en la llanura. ¿No seremos más fuertes que ellos?" Escuchó su voz e hizo así.

26 A la vuelta del año, Ben Hadad pasó revista a los arameos y subió a Afeq para luchar contra Israel.

27 Se pasó revista a los israelitas que fueron provistos de vituallas y marcharon a su encuentro. Los israelitas acamparon frente a ellos como dos rebaños de cabras, mientras que los arameos llenaban la tierra.

28 El hombre de Di-s se acercó al rey de Israel y dijo: "Así habla Adonai: Por haber dicho los arameos: Adonai es un Di-s de la montaña, no es Di-s de las llanuras, voy a entregar toda esta gran muchedumbre en tus manos y sabrás que yo soy Adonai."

29 Acamparon frente a frente durante siete días y el séptimo día trabaron batalla. Los israelitas batieron a los arameos, 100.000 infantes en un día.

30 Los restantes huyeron a la ciudad de Afeq, pero la muralla se desplomó sobres los 27.000 hombres que quedaban. Ben Hadad había huido y se había refugiado en la ciudad, en una habitación retirada.

31 Sus servidores le dijeron: "Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos. Deja que nos pongamos sayales sobre nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey de Israel. Acaso te deje la vida."

32 Se ciñeron sayales a sus lomos y cuerdas sobre sus cabezas y fueron al rey de Israel y le dijeron: "Tu siervo Ben Hadad dice: Que pueda yo conservar mi vida." El respondió: "¿Vive aún? ¡Es mi hermano!"

33 Los hombres lo tomaron como buen augurio y se apresuraron a tomarle la palabra diciendo: "Hermano tuyo es Ben Hadad." El dijo: "Id a traerlo." Ben Hadad salió hacia él, y él le hizo subir a su carro.

34 Ben Hadad le dijo: "Devolveré las ciudades que mi padre tomó a tu padre; y tú pondrás bazares para ti en Damasco, como mi padre puso en Samaría." - "Con este pacto te dejaré libre." Hizo un pacto con él y le dejó libre.

35 Un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compañero: "Por orden de Adonai, hiéreme"; pero el hombre no quiso herirle.

36 Le dijo: "Por no haber escuchado la voz de Adonai, en cuanto te marches de mi lado, el león te herirá." Se fue de su lado y le encontró al león, que le hirió.

37 Halló a otro hombre y le dijo: "Hiéreme." El hombre le dio un golpe y le hirió.

38 El profeta se fue y se puso a esperar al rey en el camino. Se había disfrazado con una banda sobre los ojos.

39 Cuando el rey pasaba clamó al rey y dijo: "Tu siervo había llegado al centro de la batalla cuando uno abandonó las filas y me trajo un hombre y me dijo: "Custodia a este hombre; si llega a faltar, tu vida responderá por la suya, o pagarás un talento de plata."

40 Pero tu siervo estaba ocupado aquí y allá y éste desapareció." El rey de Israel le dijo: "Esa es tu sentencia. Tú mismo lo has sentenciado."

41 El entonces se apresuró a quitarse la banda de los ojos y el rey de Israel le reconoció como uno de los profetas.

42 Dijo al rey: "Así dice Adonai: Por haber dejado ir de tus manos al hombre entregado a mi anatema, tu vida pagará por su vida y tu pueblo por su pueblo."

43 El rey de Israel se fue a su casa triste e irritado, y entró en Samaría.