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Job 5 - Biblia Universidad de Jerusalem


1 ¡Llama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿a cuál de los santos vas a dirigirte?

2 En verdad el enojo mata al insensato, la pasión hace morir al necio.

3 Yo mismo he visto al insensato echar raíces, y sin tardar he maldecido su morada:

4 ¡Estén sus hijos lejos de toda salvación, sin defensor hollados en la Puerta!

5 Su cosecha la devora un hambriento, pues Di-s se la quita de los dientes, y los sedientos absorben su fortuna.

6 No, no brota la iniquidad el polvo, ni germina del suelo la aflicción.

7 Es el hombre quien la aflicción engendra, como levantan el vuelo los hijos del relámpago.

8 Yo por mí a Di-s recurriría, expondría a Di-s mi causa.

9 El es autor de obras grandiosas e insondables, de maravillas sin número.

10 El derrama la lluvia sobre la haz de la tierra, y envía las aguas a los campos.

11 Para poner en alto a los postrados, y que los míseros a la salud se eleven,

12 las tramas de los astutos desbarata, y sus manos no logran sus intrigas.

13 Prende a los sabios en su astucia, el consejo de los sagaces se hace ciego.

14 En pleno día tropiezan con tinieblas, a mediodía van a tientas cual si fuese de noche.

15 El salva al arruinado de sus fauces y al indigente de las manos del violento.

16 Así el débil renace a la esperanza, y cierra su boca la injusticia.

17 ¡Oh sí, feliz el hombre a quien corrige Di-s! ¡No desprecies, pues, la lección de Sadday!

18 Pues él es el que hiere y el que venda la herida, el que llaga y luego cura con su mano;

19 seis veces ha de librarte de la angustia, y a la séptima el mal no te alcanzará.

20 Durante el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra, del alcance de la espada.

21 Estarás a cubierto del punzón de la lengua, sin miedo a la devastación, cuando se acerque.

22 Te reirás de la sequía y de la helada, y no temerás a las bestias de la tierra.

23 Pues con las piedras del campo harás alianza, la bestia salvaje vivirá en paz contigo.

24 Sabrás que tu tienda está a cubierto, nada echarás en falta cuando revises tu morada.

25 Sabrás que tu descendencia es numerosa, tus vástagos, como la hierba de la tierra.

26 Llegarás a la tumba vigoroso, como se hacinan las gavillas a su tiempo.

27 Todo esto es lo que hemos observado: y así es.A ti te toca escuchar y aprovecharte.