Biblia Total


Salmos 78 - Biblia Universidad de Jerusalem


Fidelidad de Dios hacia su pueblo infiel Masquil de Asaf.

1 Escucha mi ley, pueblo mío, tiende tu oído a las palabras de mi boca;

2 voy a abrir mi boca en parábolas, a evocar los misterios del pasado.

3 Lo que hemos oído y que sabemos, lo que nuestros padres nos contaron,

4 no se lo callaremos a sus hijos, a la futura generación lo contaremos:Las alabanzas de Adonai y su poder, las maravillas que hizo;

5 él estableció en Jacob un dictamen, y puso una ley en Israel;El había mandado a nuestros padres que lo comunicaran a sus hijos,

6 que la generación siguiente lo supiera, los hijos que habían de nacer; y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos,

7 para que pusieran en Di-s su confianza, no olvidaran las hazañas de Di-s, y sus mandamientos observaran;

8 para que no fueran, lo mismo que sus padres, una generación rebelde y revoltosa, generación de corazón voluble y de espíritu desleal a Di-s.

9 Los hijos de Efraím, diestros arqueros, retrocedieron el día del combate;

10 no guardaban la alianza hecha con Di-s, rehusaban caminar según su ley;

11 tenían olvidados sus portentos, las maravillas que él les hizo ver:

12 prodigios hizo a la vista de sus padres en el país de Egipto, en los campos de Tanis.

13 Hendió la mar y los pasó a través, contuvo las aguas como un dique;

14 de día los guiaba con la nube, y cada noche con resplandor de fuego;

15 en el desierto hendió las rocas, los abrevó a raudales sin medida;

16 hizo brotar arroyos de la peña y descender las aguas como ríos.

17 Pero ellos volvían a pecar contra él, a rebelarse contra el Altísimo en la estepa;

18 a Di-s tentaron en su corazón reclamando manjar para su hambre.

19 Hablaron contra Di-s; dijeron: "¿Será Di-s capaz de aderezar una mesa en el desierto?

20 "Ved que él hirió la roca, y corrieron las aguas, fluyeron los torrentes: ¿podrá de igual modo darnos pan, y procurar carne a su pueblo?"

21 Entonces Adonai lo oyó y se enfureció, un fuego se encendió contra Jacob, y la Cólera estalló contra Israel,

22 porque en Di-s no habían tenido fe ni confiaban en su salvación.

23 Y a las nubes mandó desde lo alto, abrió las compuertas de los cielos;

24 hizo llover sobre ellos maná para comer, les dio el trigo de los cielos;

25 pan de Fuertes comió el hombre, les mandó provisión hasta la hartura.

26 Hizo soplar en los cielos el solano, el viento del sur con su poder atrajo,

27 y llovió sobre ellos carne como polvo, y aves como la arena de los mares;

28 las dejó caer en medio de su campo, en torno a sus moradas.

29 Comieron hasta quedar bien hartos, así satisfizo su avidez;

30 mas aún no habían colmado su avidez, su comida estaba aún en su boca,

31 cuando la cólera de Di-s estalló contra ellos: hizo estragos entre los más fuertes, y abatió a la flor de Israel.

32 Mas con todo pecaron todavía, en sus maravillas no tuvieron fe.

33 El consumió sus días con un soplo, y sus años con espanto.

34 Cuando los mataba, le buscaban, se convertían, se afanaban por él,

35 y recordaban que Di-s era su roca, su redentor, el Di-s Altísimo.

36 Mas le halagaban con su boca, y con su lengua le mentían;

37 su corazón no era fiel para con él, no tenían fe en su alianza.

38 El, con todo, enternecido, borraba las culpas y no exterminaba; bien de veces su cólera contuvo y no despertó todo su furor:

39 se acordaba de que ellos eran carne, un soplo que se va y no vuelve más.

40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, le irritaron en aquellas soledades!

41 Otra vez a tentar a Di-s volvían, a exasperar al Santo de Israel;

42 no se acordaron de su mano, del día en que les libró del adversario;

43 cuando hizo en Egipto sus señales, en el campo de Tanis sus prodigios.

44 Trocó en sangre sus ríos y sus arroyos para que no bebiesen.

45 Tábanos les mandó que los comieron, y ranas que los infestaron;

46 entregó a la langosta sus cosechas, el fruto de su afán al saltamontes;

47 asoló con granizo sus viñedos, y con la helada sus sicómoros;

48 entregó sus ganados al pedrisco y a los rayos sus rebaños.

49 Lanzó contra ellos el fuego de su cólera, indignación, enojo y destrucción, tropel de mensajeros de desgracias;

50 libre curso dio a su ira.No preservó sus almas de la muerte, a la peste sus vidas entregó;

51 hirió en Egipto a todo primogénito, las primicias de la raza en las tiendas de Cam.

52 Y sacó a su pueblo como ovejas, cual rebaño los guió por el desierto;

53 los guió en seguro, sin temor, mientras el mar cubrió a sus enemigos;

54 los llevó a su término santo, a este monte que su diestra conquistó;

55 arrojó a las naciones ante ellos; a cordel les asignó una heredad, y estableció en sus tiendas las tribus de Israel.

56 Pero ellos le tentaron, se rebelaron contra el Di-s Altísimo, se negaron a guardar sus dictámenes,

57 se extraviaron, infieles, lo mismo que sus padres, se torcieron igual que un arco indócil:

58 le irritaron con sus altos, con sus ídolos excitaron sus celos.

59 Di-s lo oyó y se enfureció, desechó totalmente a Israel;

60 abandonó la morada de Silo, la tienda en que habitaba entre los hombres.

61 Mandó su fuerza al cautiverio, a manos del adversario su esplendor;

62 entregó su pueblo a la espada, contra su heredad se enfureció.

63 El fuego devoró a sus jóvenes, no hubo canto nupcial para sus vírgenes;

64 sus sacerdotes cayeron a cuchillo, sus viudas no entonaron lamentos.

65 Entonces despertó el Señor como un durmiente, como un bravo vencido por el vino;

66 hirió a sus adversarios en la espalda, les infligió un oprobio eterno.

67 Desechó la tienda de José, y no eligió a la tribu de Efraím;

68 mas eligió a la tribu de Judá, el monte Sión al cual amaba.

69 Construyó como las alturas del cielo su santuario, como la tierra que fundó por siempre.

70 Y eligió a David su servidor, le sacó de los apriscos del rebaño,

71 le trajo de detrás de las ovejas, para pastorear a su pueblo Jacob, y a Israel, su heredad.

72 El los pastoreaba con corazón perfecto, y con mano diestra los guiaba.