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Hechos 1 - Biblia Textual IV edición | BTX IV


La promesa del Espíritu Santo

1 Compuse el primer tratado, oh amigo de DIOS, [1] acerca de todas las cosas que JESÚS comenzó a hacer y a enseñar,

2 hasta el día en que fue elevado a lo alto, después de dar instrucciones a los apóstoles que escogió por medio del Espíritu Santo;

3 ante los cuales, también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas decisivas, y se les apareció durante cuarenta días para hablarles de las cosas concernientes al reino de DIOS.

4 Y estando con ellos, les mandó no alejarse de Jerusalén, sino esperar la promesa [2] del Padre, la cual —dijo— oísteis de Mí,

5 porque Juan en verdad bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo [3] dentro de no muchos días.

La ascensión

6 Y los que se habían reunido, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?

7 Les dijo: No os compete a vosotros [4] saber los tiempos o las épocas que el Padre estableció en su sola potestad,

8 pero recibiréis poder cuando venga sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea y Samaria y hasta lo último de la tierra. [5]

9 Y dicho esto, fue alzado [6] viéndolo ellos, y una nube lo ocultó de sus ojos.

10 Y mirando fijamente al cielo mientras Él se iba, se les presentaron dos varones con vestiduras blancas,

11 y les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este JESÚS, que fue tomado de vosotros al Cielo, vendrá de la manera como lo contemplasteis ir al cielo.

Elección del sucesor de Judas

12 Entonces regresaron a Jerusalén del monte llamado del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un sábado. [7]

13 Y tan pronto entraron, subieron al aposento alto donde estaban alojados Pedro y Juan, Jacobo [8] y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo de Alfeo, Simón el Zelote, y Judas, el hermano de Jacobo.

14 Todos estos estaban unánimes, dedicados constantemente a la oración, [9] con las mujeres, y María, la madre de JESÚS, y sus hermanos.

15 En estos días, levantándose Pedro en medio de los hermanos (y el grupo de personas [10] reunido era como ciento veinte en número), dijo:

16 Varones hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura que predijo el Espíritu Santo por boca de David acerca de Judas, quien fue guía de los que prendieron a JESÚS,

17 porque era uno de nosotros y había tomado parte en este servicio. [11]

18 (Este compró un campo del salario de su iniquidad, y habiéndose hinchado, [12] reventó por el medio y fueron derramadas todas sus entrañas.

19 Y esto llegó a ser conocido de todos los que viven en Jerusalén, de modo que aquel campo se llama en su propia lengua Acéldama, es decir, Campo de Sangre. [13])

20 Pues en un rollo de los Salmos ha sido escrito: Sea hecha desierta [14] su morada, Y no haya quien habite en ella. Y: Tome otro su encargo.

21 Es necesario, pues, que de los varones que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo en que el Señor JESÚS entró y salió entre nosotros,

22 comenzando [15] desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue tomado arriba, uno de estos sea testigo con nosotros de su resurrección.

23 Y presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, apodado Justo, y a Matías.

24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, conocedor de los corazones de todos, muestra a quién de estos dos te escogiste

25 para tomar el lugar en este servicio y apostolado, del cual cayó Judas, para irse a su propio lugar. [16]

26 Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías, y fue reconocido con los once apóstoles.