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Gálatas 1 - El Codigo Real Nuevo Testamento Textual Hebraico CDG


Salutación

1 Pablo, un apóstol, no de hombres ni por hombre, sino por Yeshua el Mashiaj y por Di-os Padre, que lo resucitó de los muertos.

2 y todos los hermanos que están conmigo, a las comunidades de Galacia:

3 shalom y gracia a vosotros, de Di-os nuestro Padre y del Adón Yeshua el Mashiaj,

4 el cual se entregó por nuestras transgresiones, para librarnos de esta mala edad presente, según la voluntad de nuestro Di-os y Padre,

5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

No hay otro evangelio

6 Estoy asombrado en gran manera que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por gracia, hacia un mensaje de redención diferente.

7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el mensaje de la redención de Mashiaj.

8 Mas si aun nosotros o un mensajero desde el cielo proclamara un mensaje de redención diferente al que os proclamamos, que sea desgajado de Israel.

9 Como hemos dicho previamente, lo volvemos a repetir: Si alguno os proclama una promesa diferente a la que recibisteis, ¡que sea separado para perdición!

10 Al decir esto, ¿estoy buscando acaso el favor de los hombres? Si el aplauso de los hombres buscara, entonces no sería siervo de Mashiaj.

El ministerio de Pablo

11 Mas os hago saber, hermanos, que el mensaje de la promesa de redención predicado por mí, no es un invento humano,

12 Pues yo no lo recibí ni lo aprendí oralmente de ningún hombre, sino por revelación directa de Yeshua el Mashiaj.

13 Pues conocéis bien mi forma de vida previa en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la comunidad de Di-os y buscaba su destrucción;

14 y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso que ellos de la tradición oral venida de mis antepasados.

15 Pero cuando el que me santificó desde el vientre de mi madre y me llamó por su misericordia, le complació en gran manera

16 revelar a su Hijo en mí, para que lo proclamara entre los gentiles, no consulté enseguida con sangre y carne;

17 ni fui a Yerushaláyim, a los que eran apóstoles antes que yo, sino que me retiré hacia la Arabia y regresé otra vez a Damasco.

18 Luego, pasado tres años, subí a Yerushaláyim para visitar a Kefa y permanecí con él quince días.

19 Y no vi otro de los apóstoles, sino a Yaakov, el hermano del Adón.

20 Y lo que escribo, os aseguro delante de Di-os que no miento.

21 Después fui a las regiones de Siria y de Cicilia.

22 Y era desconocido físicamente por las comunidades de Judea, las que eran en Mashiaj.

23 Solamente oían: "Aquel que en un tiempo nos perseguía, ahora proclama la fe obediente que antes destruía".

24 Y glorificaban a Di-os por mí.