Santiago 1:6-8

6 Pero pida con confianza, dudando de nada, porque el que duda es como una ola del mar, es zarandeada y llevada por el viento.

7 En verdad, este hombre no debe pensar que recibirá algo del Adón,

8 porque es hombre[7] de doble ánimo, inestable en todos sus caminos.[8]